𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 - 11

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Primavera de 1994, oficina del emperador, palacio Imperial

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Primavera de 1994, oficina del emperador, palacio Imperial.

—¿Ya han buscado por todo el palacio? ¿Por los alrededores?

Haseul estaba genuinamente preocupada, la tragedia había golpeado a su familia hacia más de diez horas, su hija primogénita, Jo T/n, había desaparecido de su cuna en cierta hora de la mañana.

—Lo siento majestad -respondió una joven Sooyoung con la mirada gacha- Las cámaras no captaron el momento en el que se llevaron a la princesa, las cámaras fueron... Dañadas... Lastimosamente los guardias que estaban de turno custodiando la entrada fueron drogados y encerrados en el cuarto de mantenimiento, dos de ellos están en estado crítico en el hospital.

Haseul comenzó a desesperarse. —¿Y el personal de limpieza? ¿Quién estaba presente a esa hora?

—Sus turnos fueron cambiados de la bitácora, ellos vienen mañana -Sooyoung suspiró profundamente, viendo como Haseul se sujetaba la cabeza y se sentaba- Yo... Lamento decirlo, majestad, pero la princesa T/n fue secuestrada y sacada del palacio cuando nadie estaba viendo.

El mundo de Haseul se vino abajo. La pesadez que tanto estaba evitando se apoderó de todo su ser.

—Esto no puede estar pasando... -Haseul susurró- ¡E-ella no p-puede estar...! No... E-en cualquier m-momento Kahei entrará con ella y todo será una jodida b-broma...

Haseul estaba divagando, sollozando fuertemente mientras frotaba sus brazos, negando con su cabeza mientras arrancaba pequeños pedazos de papel de su libreta.

Todo sería diferente después de eso.

Sería mucho peor, pronto la tragedia sacudiría al país nuevamente.

Sería mucho peor, pronto la tragedia sacudiría al país nuevamente

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Regreso al presente.

En aquel momento cuando Haseul volvió a la realidad está se encontró con la imagen de Kahei frente a ella, con sus pequeños ojos irritados y un poco hinchados. Haseul pudo sentir perfectamente como su corazón comenzó a latir con fuerza.

—¿Positivo? -esta repitió sin poder creerlo, arrugando la hoja en donde estaban sujetos sus dedos debido a la impresión- Ahí... Positivo...

—Haseul-ah, N-no me mientas -musitó Kahei riendo levemente- Sabes que bromear con eso no es agradable...

Kahei parpadeó rápidamente, tomando el papel de las manos de Haseul. Está rápidamente comenzó a leer desde el inicio.

—¿De verdad? No estas- Imaginandolo...

—¿¡Imaginar!?

Toda duda fue despejada del corazón de Kahei cuando vió el número comprobante al final de la hoja, en letras rojas, contrastando fuertemente contra el negro estaba escrito "Positivo", en más de un noventa y nueve porciento. Indiscutiblemente la verdad estaba ahí, plasmada en papel. El corazón de Haseul comenzó a palpitar con fuerza, totalmente emocionada al saber que por fin y después de interminables búsquedas que la llevaban a miles de callejones sin salida por fin la había encontrado, por fin podía descansar, su corazón estaba completo, su hija había regresado a casa.
Pronto los brazos de Kahei rodearon su cuerpo, Haseul podía sentir por los movimientos del pecho de Kahei que está se encontraba llorando, los sollozos que podía escuchar en su oído le daban una idea de cómo podía estar sintiéndose su esposa en ese momento, a pesar de todo en medio del llanto la azabache mayor podía escuchar como la pelirosa reía.

Era llanto de pura felicidad.

Haseul también se había unido al momento, devolviendo el abrazo con todas las fuerzas que tenía guardadas en el fondo de su ser.

—La hemos encontrado Kahei -susurró Haseul llorando, las lágrimas bajaron por sus mejillas con fuerza- Mi hija... ¡Nuestra hija!

Ambas mujeres estaban atónitas, habían tenido que pasar más de veinte años para por fin haber tenido una respuesta ante la incógnita que había azotado a su familia durante tanto tiempo. Su pequeña hija, que ahora ya no era tan pequeña, había regresado a ellas, después de millones de súplicas, después de haber gastado tiempo, dinero y su corazón por fin todo había terminado, T/n estaba con ellas más cerca de lo que habían creído jamás.

—Dios... ¿Cuando se lo diremos? -preguntó Kahei llorando suavemente, secando sus lágrimas con una sonrisa en su rostro- Ella... Es tan parecida a ti, mi instinto maternal me decía que ella era alguien importante... ¿Quién lo hubiera creído?

Haseul rió por la emoción de su esposa.

—En el momento indicado, está noticia será un golpe muy duro de asimilar -respondió la azabache mayor, la pelirosa asintió- Pero será pronto, T/n ha estado mucho tiempo lejos de nosotras, ella merece saber la verdad... Carajo, estoy felíz cariño. ¡Estoy felíz!

Kahei reía mientras sus lágrimas -nuevamente- descendían por sus mejillas, la pelirosa se echaba aire con sus manos en un intento por calmarse.

—Tus padres han de llorar cuando se lo digas -anunció la pelirosa- Seguramente hará todo lo posible por hacer que T/n-ah sepa la verdad.

Lejos de la euforia que se vivía en aquella oficina, una chica de cabello azabache se encontraba apoyada contra la enorme puerta de madera, una de sus manos tapaba su boca en un vano intento de callar los sollozos que salían de lo profundo de su ser. T/n sentía sus piernas débiles, temblorosas e incapaces de sostener su cuerpo. ¿Realmente había escuchado bien?, ¡Ella era la jodida princesa que había desaparecido!

T/n quería creer que todo se trataba de un sueño, pero el dolor que sentía cada vez que se pellizcaba el brazo le decían que todo era real, realmente estaba sucediendo. La azabache menor utilizo todas sus fuerzas para no caer desplomada en el suelo, está, apoyando su cuerpo en las paredes comenzó a ir hacia algún lugar lejos de allí, tenía que pensar y meditar todo lo que estaba pasando.

Su primer destino fue irse del palacio e ir a algún parque cercano para estar sola, pero el solo hecho de tener que manejar no le pareció bien, no estaba en condiciones de hacerlo. La otra opción más viable fue en buscar a Jennie, decirle todo lo que había escuchado de manera accidental -ya que estaba buscando a la emperatriz para hablar sobre un tema equis- pero lastimosamente la morena se encontraba con Jisoo visitando a los padres de esta última en Nueva York. Luego, la imagen de cierta castaña invadió su mente, la japonesa con la que últimamente había compartido tantos momentos íntimos se había convertido en una especie de... Amiga cercana, y lo eran, pero Sana estaba pasando por una situación bastante tensa con su familia y su país.

¿Que podría hacer?

Luego, frente a ella y al otro lado del pasillo la azabache se encontró con la persona que menos esperaba ver.

Luego, frente a ella y al otro lado del pasillo la azabache se encontró con la persona que menos esperaba ver

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𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 | ˢᵃⁿᵃ ʸ ᵗᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora