𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 | ˢᵃⁿᵃ ʸ ᵗᵘ

𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 - 09

—Esto va de mal en peor.

Sana estaba un poco asustada viendo las noticias en su laptop, sintiendo un pequeño dolor de impotencia en su pecho. Gracias al tratado de paz que habían firmado hace un par de días las tensiones en el mar del Este habían disminuido, pero esto, en vez de mejorar las cosas en su país natal estás estaban empeorando. La cámara de ministros estaba fuertemente divida en los que se oponían a firmar la paz con sus vecinos en el continente y entre los que se oponían a continuar con la guerra. En ese momento Sana se dió cuenta de que todo su esfuerzo, por el cual había dado más de la mitad de su vida se estaba perdiendo.

Mina había entrado a la habitación en busca de su casi hermana, encontrando a la mayor sentada en la cama con su espalda apoyada en el espaldar, frunciendo su ceño mientras veía su computadora.

—¿Que se supone que estás haciendo? -preguntó la menor, Sana levantó la vista de la pantalla y retiró sus lentes, masajeando el puente de su nariz con sus dedos- ¿Sana?

—La camara está dividida Mina, mis políticas de paz no han sido bien recibidas, y ni que decir del tratado, ¿Sabes cuántos de estos idiotas quieren retirarme del cargo y continuar con la guerra? -preguntó Sana con sosiego, muy diferente al torbellino violento de emociones en su cuerpo- Esto es una mierda Mina, indirectamente me están relegando de mis poderes, este viaje no era con motivos diplomáticos. Ellos me han exiliado.

Exiliar podría ser una expresión bastante grave y que implicaba muchas cosas, pero con la situación actual, y sumado a lo sucedido anteriormente, no parecía tan alocado como lo era. Mina frunció el ceño y tomo asiento en una de las sillas que había en la suite.

—¿Y con que motivos lo hacen? -preguntó la texana- ¿No será que estás exagerando un poco?

Sana negó, bajando la pantalla de la laptop para dejarla junto a ella.

—Lo improbable y exagerado muchas veces puede ser la verdad Mina -respondió Sana, está suspiró fuertemente- Dentro de poco me harán llegar mi carta de renuncia, y no quiero hacerlo, pero tengo miedo de lo que puedan llegar a hacer esos idiotas si me niego a hacer lo que quieren.

Los recuerdos de su pequeña sobrina llegaron a su mente, haciendo que una sonrisa algo triste se colará en su rostro.

—Solo espero que Momo y Sakura estén bien -esta musito- No me perdonaría si algo malo les llega a pasar, a ellas o a mi país.

—¿Tu despido?

Sana negó.

—Una guerra.

En ese momento alguien llamando a la puerta interrumpió la pequeña conversación que Sana y Mina estaban teniendo, la menor rápidamente se levantó y caminó hasta la puerta, abriéndola segundos después. En el pasillo se encontraba T/n, quién llevaba una camisa blanca de satén, un suéter gris y una falda ceñida de color negro.