ᴇʟ ᴀʀʀᴇᴘᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏ ᴅᴇ sʜᴇɴ ᴊɪᴜ

1.1K 162 18
                                    

Un quejido lastimero salió de Xiao Yuan, el menor de los gemelos no sabía en que lugar se encontraba. Y eso le generaba una enorme angustia, como pudo el gemelo se sentó en el frío suelo y dio una mirada rápida por todo el lugar. A su al rededor se encontraban distintas jaulas, en ellas niños de su misma edad o menores se encontraban encerrados. Todos amarrados y amordazados, es como si no quisieran que gritaran por ayuda. Aunque la realidad es que ningún cultivador los iba a ayudar, un huérfano es considerado carne de cañón.

Xiao Yuan se dio cuenta que a su lado no se encontraba su hermano, el miedo y la desesperación pronto embargaron en su débil cuerpo. Por lo que empezó a dejar salir pequeños quejidos, su boca aún tenía ese pedazo de tela que le impedía soltar palabras de ayuda o el nombre se su hermano. Como pudo el pequeño niño se arrastro hasta donde se encontraban los barrotes de la jaula que lo detenía, con fuerza empezó a pegar con su cuerpo en lo barrotes tratando de llamar la persona que poseía el lugar.

Sin embargo unos gruñidos provenía de la jaula a su lado le llamaron la atención, en ella se encontraba su hermano mayor recostado. Los ojos los tenía cerrados pero los parpados los apretaba con fuerza, también se encontraba amarrado y amordazado. Un sonido que sonaba como alivio salió de Xiao Yuan, su hermano se encontraba en perfectas condiciones pero estaba en la misma situación que él. Yuan trato de acostumbrarse a la oscuridad que lo rodeaba, notaba en pequeños momentos de nitidez que había mujeres en el lugar. Todas se encontraba encerradas en jaulas como si fueran animales además que estaban amordazados y amarrados, algunos de las mujeres no dejaban salir gemidos lastimeros y en ocasiones pequeños gimoteos. Hasta algunos de ellos se trataban de lastimar contra la jaula que los retenía.

Pero con cada intento que hacían provocaban enormes fracturas en los brazos o en los dedos de los pies. Xiao Yuan solo se quedo sentado, cerca de los barrotes que dividían a ambos gemelos. El menor se quedo velando el sueño del mayor, atento a cualquier sonido que sonara peligroso o que los casaran del lugar. Ya que en ese se sentía un aura de tristeza y miedo, cada segundo que pasaba el miedo embargaba en el gemelo más joven.

Pero unos sonidos se dejaron oír dentro de la habitación, era sonidos de pequeños engranajes y algo metálico que tintineaba entre sí. De pronto todos dejaron de lloriquear y gimotear, es como si la esperanza hubiera avivado una llama. Algunas mujeres solo se arrinconaron más en la jaula, los infantes se alejaron de los barrotes, temiendo que la persona que cruce la puerta los lastime más de lo que ya estaban. Una luz se dejo ver en el momento que fue abierta la entrada, el alumbrado era del sol. Esa gigante y hermosa estrella que alumbraba día con día la tierra en donde vivían los cultivadores y la gente común.

Una sombra se proyecto en la entrada, por la forma que daba era que su complexión era robusta. Con pasos lentos un hombre avanzo dentro de la habitación, mostraba una sonrisa arrogante pero la ocultaba a la perfección con una mueca agradable. Detrás de el venía una figura mucho más joven, tenía túnicas del amo de una familia rica además de mostrar una sonrisa 'amigable'. Pero las apariencias siempre engañan.

-- Vera joven maestro, ya que vino a comprar un esclavo. Esta toda es la mercancía que poseemos.-- fueron las primeras palabras del hombre arrogante. Trataba a todas las personas que se encontraban dentro de la habitación como si fueran meros objetos.

-- Veo que alguna 'mercancía' se encuentra algo dañada.

-- Lamento que la mercancía se dañe, pero en algún momento se tiene que mostrar la mano dura para que entiendan quien manda.-- expreso cortésmente el hombre.

-- Por supuesto que lo se.

Mientras el hombre robusto hablaba de la 'mercancía' que poseía, el joven observaba con suma atención a cada infante y mujer que se encontraban dentro del lugar. En algunos veía sangre que escurría de la nariz, en otros algunos moretones y la falta de algún dedo o miembro del cuerpo. Cada persona era maltratada de una forma distinta pero a los ojos del joven maestro, ningún ser le llamaba la atención, es más aborrecía esas miradas doblegadas y llenas de miedo y terror.

ʟᴀ ᴇᴍᴘᴇʀᴀᴛʀɪᴢ ᴅᴇ ʟᴜᴏ ʙɪɴɢʜᴇWhere stories live. Discover now