"II"

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Iba a ser el fin, todo iba a acabar tan rápido, Sienna no podría aguantar más, ver a sus hijos al frente de ella defendiéndola, pero que clase de madre era?

Ella debería defender a sus hijos, entonces, al ver toda la escena se puso al frente de sus dos criaturas; los ojos verdes de furia de Harry, estaba enojado por como trataban a su mamá.

-Lo volveré a repetir, secuestro a este niño!?- Alzo la voz de nuevo el hombre blanco.

Sienna no sabía que decir, su desesperación al no saber que hacer le ganaba, sus piernas temblaban y su corazón estaba a punto de salir por su boca... extrañaba tanto a su esposo, no sabía que hacer.

Sus lágrimas se secaban en su piel y los ojos de aquel hombre blanco parado frente a ellos alzó el mentón y miró a Harry.

Había pasado mucho tiempo y Sienna no respondía, aquel hombre blanco no tenía mucha paciencia; pasaron más de cinco minutos y sintió que ya era el momento de responder.

-Hace dos años tocaron mi puerta, entonces fui a ver quien era y cuando la abrí pude ver a un bebé, era un recién nacido en una caja cubierta de mantas sucias, ese bebé era blanco, tenía unos ojos hermosos y verdes, hacía frío, no podía dejarlo afuera, entonces lo llevé adentro de la casa y con mi demás familia, que ya no están con nosotros lo cuidamos y protegimos...

El hombre se conmovió, por alguna razón se sintió culpable, mientras escuchaba a Sienna hablar veía a Harry atrás de ella, el pequeños niño de ojos verdes estaba llorando, no sabía que pasaba, pero ahora que escuchó al verdadera historia entiende todo, ahora sabe porque es diferente a sus hermanos, ahora se siente inservible y despreciado por sus padres biológicos.

-Ya no tengo que escuchar más, es suficiente.- Dijo el hombre triste y sin dejar de mirar a Harry. -Veo que tiene un hijo de dos años, así que se puede quedar... diré que está casa está vacía, hasta luego.- Escupió el hombre caminando hacía la puerta principal.

Pero antes de que salga sintió como una pequeña criatura lo abrazó de la pierna. -Gracias.- Dijo Harry llorando en la pierna de ese desconocido.

Sienna tuvo miedo de que le haga algo a Harry pero se sorprendió al ver como ese hombre blanco se agachó para estar a la altura de su hijo blanco. -No hay de que, campeón.


⛓⛓⛓


Los años transcurrieron y Sienna estaba más feliz porque recibía tarjetas y cajas de comida de su esposo y hermana; un día a la semana recibía una postal, gracias a esos papeles con letras sabía que todos estaban bien y para su gran sorpresa todos estaban juntos, su esposo, su hermana y su hijo estaban trabajando en la misma casa.

Joshua ya tenía catorce años, el tiempo pasó demasiado rápido, como era eso posible, apenas ayer Harry era un bebé, pero ahora tiene diez años y el gran Andrew tenía doce.

Sienna estaba orgullosa de sus hijos, eran todo unos hombrecitos; en las mañanas Harry salía con su hermano a talar pequeños árboles y al regresar a su casa Harry ayudaba a su mamá a cocinar, al pasar de los años supo como hacer más platillos que ya no eran tan sencillos.

Harry era el único que salía, siempre iba hasta el pueblo, era un niño blanco nadie el decía nada, iba y vendía la madera que talaba con la ayuda de su hermano, con el dinero que le daban compraba comida, un día de esos estaba tranquilo en el pueblo y su perfecta nariz empezó a olfatear, a los lejos podía oler algo delicioso, se guío por el olor y pudo encontrar a personas comiendo un plato de macarrones con queso.

1864Donde viven las historias. Descúbrelo ahora