CUTE//SAMO

Dulce Momo

Durante la noche, Momo acostumbra a dormir sin su camisa. No es por querer dejar al aire libre su cuerpo bien trabajado y fornido.

Tenía una razón en especial, su linda Omega amaba inhalar el aroma de la Alfa durante la noche, eso lo hacía dormir plácidamente.

-Mi amor.-Dijo Momo sintiendo como la Omega restregaba su nariz contra el pecho desnudo de la Alfa

-Momoring... Solo otro poco más.-Dijo la Omega llenando sus fosas nasales del dulce aroma de la Alfa

-Bebé, jamás voy a separarte de mi, eres libre de estar ahí todo lo que quieres, solo es que me haces un poco de cosquillas.- La Alfa hizo un puchero y miro a la Omega

Cualquier persona que viera aquella escena, diría que es contradictorio a la apariencia de la Alfa, una Alfa llena de tatuajes y músculos siendo todo un amor con su Omega.

Es por eso que no hay que juzgar un libro por su portada, y técnicamente así era la vida de Hirai Momo. Todos decían que había que temerle, pero no era cierto.

Incluso Momo también tenía amigos que veían su lado amable, tierno, cariñoso y gentil. Porque Momo solo era así con las personas a las cuales les tenía confianza y afecto.

Sana se acomodo más agusto para olfatear el aroma que desprendía la Alfa, un aroma que le decía que todo estaba totalmente bien y que no se preocupara por nada.

Un aroma que hacía que la Omega se sintiera feliz y completo, porque Momo la hacía sentir de muchas formas.

Y por siempre Sana estaría agradecido con Momo por haberla escogido entre muchos Omegas. Y por dejar que esta portará su marca y no solo eso, también engendrará su cachorro en ella.

Porque ambas habían formado un gran vinculo y estaban emocionadas por tener a su primer cachorro. Ser una familia.

Sana ya estaba dormida, su espalda chocando contra el pecho de Momo, y la Alfa masajeando con cuidado el vientre hinchado de ésta.

Momo estaba preocupada, feliz e incluso un poco triste. Básicamente era todo un abismo de emociones en su pecho, emociones que le gustaban y le aterraban al mismo tiempo.

Sabía de las historias que dos de sus amigas habían vivido, incluso escucho más de algunas otras personas o compañeros de trabajo.

Momo era conciente de que el embarazo de la  Omega era más complicado sabía que corría con muchos riesgos.

Escucho la historia de Im Nayeon, una de sus amigas. Está era un poco triste aunque al menos todo está bien por ahora.

Cuándo su Omega, Kim Dahyun, quedó preñado de Nayeon, ambas se habían puesto muy contentas, compraban muchas cosas para el bebé e incluso tomaron cursos de madres primerizas.

Todo iba bien durante el embarazo de Dahyun, hasta que llegó el día del parto. Todo iba bien, nació una hermosa cachorra fuerte y sana.

Pero algo andaba mal, Dahyun estaba muy grave, pronto fue la sorpresa de Nayeon cuando estaba ahí adentro con su cachorra y su Omega. Por alguna extraña razón Dahyun comenzó a convulsionar.

Varios médicos y enfermeros entraron a la habitación y le pusieron seguro. El cachorro ahora estaba ahí en la incubadora. Y Nayeon veía como los médicos trataban de estabilizar a Dahyun.

Ese mismo día del nacimiento de su cachorra, le dieron una mala noticia, Dahyun había caído en un trance indefinido.

Durante meses la Alfa estubo en depresión, cuidando de su cachorra y visitando todos los días a su Omega tendida en una cama. Durante todo ese proceso, Momo estuvo presente.

Era triste ver a su cachorra ser amamantada por el cuarto inerte de la omega en la camilla, ver a su cachorra desesperada por alguna atención de la Omega. Eso causaba un gran remordimiento en el corazón de la alfa.

Y no solo ella, en el de sus familiares y amigos también, Nayeon era un remolino de emociones en ese entonces.

Momo recordó el día en el que Nayeon le había pedido el favor de que está vez fuera ella y su cachorra a visitar a Dahyun. Momo acepto al ver a su amiga hundida en la depresión.

Ese día fue casi un milagro, mientras Jihyo -nombre de la cachorra- tomaba del pecho de su madre Omega, Dahyun comenzó a moverse.

Estaba recuperando la conciencia y volviendo a la vida. Momo rápidamente informo a los médicos sobre el acontecimiento.

Cuatro meses después del parto de Jihyo, Dahyun se pudo recuperar y pudo volver a su familia. Por fin pudo abrazar a su cachorra y darle mimos.

Por fin podía ver nuevamente a su Alfa y a sus familiares y amigos. Dahyun corrió con mucha suerte.

Pero luego estaba la triste y desgarradora historia de la Alfa amiga de su Omega, Myoui Mina, madre Alfa viuda.

Resumidamente entre los pensamientos de Momo, Yoo Jeongyeon, Omega de Myoui Mina, había fallecido el mismo día en que dió a luz a su pequeña cachorra.

Mina había experimentado las mismas emociones que Nayeon, excepto que peor. Varias veces Momo recuerda como Sana tuvo que hacer entrar en razón a Mina.

Recuerda como Sana iba y sacaba la Alfa de peleas clandestinas que ella misma iniciaba y que iba perdiendo. Recuerda como se volvió alcohólica y toda una imbécil.

Más de una vez se intento suicidar, y todas esas veces Sana le recordó por todo lo que tenía que vivir, tenía que vivir por su cachorra y darle una vida digna y plena.

Tenía que vivir, porque Sana sabía que Jeongyeon anhelaba que Mina fuera feliz
toda su vida. Aunque Jeongyeon fuera esa felicidad.

Momo no quería pensar en eso, no quería pensar que Sana caería en coma o incluso que muriera.

No deseaba que su Omega falleciera o ya no estuviera a su lado. Porque Momo quería que Sana estuviera a su lado por toda la vida.

Momo beso la cabellera de su Omega y dejo que sus fosas nasales se inunden del aroma de su Omega.

Porque Momo amaba a Sana y a su cachorro. Porque quería que su familia estuviera junta sin que el destino de los arrebatará.

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