CUTE//SAMO

Una semana

Momo no ha podido pegar el ojo bien, la razón de esto era demasiado lógica. Su Omega estaba a una semana de dar a luz a su cachorro.

Últimamente todo mantenía en alerta a Momo, desde que la Omega durmiera en posición correcta hasta su alimentación.

Incluso con los ruidos, estaba tan atento a matar a cualquier mosca que perturbará a su Omega con sus fastidiosos sonidos.

Sana no la culpaba, sabía que Momo es una Alfa, son solamente sus instintos a flor de piel. Sabía que los Alfas suelen ser más alertar cuándo su Omega está a poco de dar a luz.

Aunque eso le daba ternura a Sana, Momo gruñendole a todo el que se acercara a ella, Momo estando todo el día pegada a ella para impregnar su aroma en ella, Momo acariciando si vientre todo el día mientras le cantaba a su cachorro.

Todo era extremadamente lindo para Sana, demasiado, Momo jamás le daría miedo. Incluso le encantaba como sus venas se marcaban en su brazo tatuado, sus ojos cafés oscuros y penetrantes, su fuerte aroma a café.

Todo en esa Alfa era perfecto para Sana. Incluso esperaba que su cachorro fuera idéntico a su Madre Alfa.

Volviendo a la actualidad, Momo miraba directamente a la Omega, había puesto un toldillo para que los zancudos y moscas no perturbarán el sueño de su Omega.

Estaba atento a cada movimiento de la Omega, a como sus respiración era calmada y se giraba una que otra vez para acomodarse mejor.

A Momo no le importaba no dormir por varias horas, sabía que debía estar atenta a su Omega, sabía que su cachorro podía jugarles una mala broma y salir antes de tiempo.

Momo técnicamente estaba preparado para todos los escenarios posibles.

A un lado de la cama tenía lista una pañalera, llena de cosas para cuando su cachorro naciera o cosas que harían feliz a la Omega.

Momo técnicamente estaba preparado para cualquier sorpresa que pudiera dar su cachorro. Estaba nerviosa, asustada, feliz, triste, confundida, en fin, era un mar de emociones que Momo no sabía controlar.

Quería estar junto con Sana y su cachorro, quería que su Omega estuviera bien y pudiera ver a su cachorro. Quería tenerlos a ambas en su vida.

Momo trataba de no soltar sus feromonas, no quería despertar a su Omega como ya lo ha hecho varias veces. Quería que su Omega tuviera una noche de paz y tranquilidad.

Pero joder, Momo no podía tener una porque estaba asustada. Su Omega, su Sana parecía no estar preocupado por las cosas que le podrían pasar.

A eso le tenía miedo Momo, ¿A caso su Omega estaba dispuesta a morir por traer a la vida a su cachorro?, ¿A caso quería enfermar?

Momo no lo sabía, tenía miedo de perder a Sana o al cachorro que ha estado anhelando desde que su Omega le dió la prueba de embarazo positiva.

<<Mi Omega, mi cachorro, los quiero juntos a ambas, quiero tener mi familia sana y salva, si a alguno le llega a pasar algo, no me lo perdonaría jamás en la vida.» Pensó la alfa mientras veía atentamente a su Omega.

<<Quiero verte sonriente, quiero verte alimentar a nuestro cachorro, quiero verte jugar y reír conmigo y con el bebé. Quiero que este siempre para los dos.» la Alfa llevó una de sus tatuadas manos hacía la mano de la Omega.

Momo entrelazó con cuidado sus dedos con los de Sana, por inercia y aunque la Omega estaba profundamente dormida, también entrelazó sus dedos con los de Momo.

Ambas tomadas de la mano, ambas transmitiendo se paz y amor con tan solo un toque que volvía mágico y hermoso todo el lugar.

Momo pudo sentir paz, con ese toque Sana le estaba transmitiendo paz a Moli, como si estuviera diciéndole que todo va a estar bien.

Momo como pudo fue cerrando sus ojos lentamente, aunque solo faltaban dos horas para que amanezca, dormiría un poco era necesario.

Y así cayó dormida, gracias a la paz que le transmitía su Omega en su agarre, agarre el cual jamás se soltó mientras dormían plácidamente.

Momo se removió sobre la cama, no sintió a su Omega a su lado, se levantó de golpe y comenzó a olfatear el aire en busca del aroma de su Omega.

Salió disparada a la cocina, dónde para su suerte estaba ahí su Omega, intentando recuperar el aire como si hubiera corrido todo un maratón.

-¿Qué haces levantada a está hora, además, siquiera por qué estás levantada?-Preguntó Mono con la expresión fría en su rostro, su Omega le había hecho pegar un susto

-Perdón Momoring, pero quería cocinar te algo, haz sido una muy buena Alfa.—Dijo Sana mientras agarraba su vientre y aún tomaba grandes bocados de aire

-Mi amor, no hagas eso, mira que estás haciendo demasiado esfuerzo, no quería que termines muriendo de asfixia.-Dijo Momo mientras abrazaba con cuidado a la Omega

-Momoring, haz estado haciendo todo últimamente tú sola, no puedo dejarte todas las responsabilidades encima.

-Eso no me importa, lo hago porque tengo miedo de que algo malo te pasé mientras estés haciendo cualquier cosa.

-Cariño, yo no soy una cachorra que no ayuda todo el tiempo.

-Pero si estás en cinta, y no puedo permitir que algo malo te pasé mientras lo estés. ¿Qué pasa si lastimas al cachorro o a ti mismo por hacer demasiado esfuerzo?- Momo se separó del abrazo

-Melocotoncito, soy una Omega demasiado fuerte, además tú cachorro también es alguien muy resistente, incluso ha durado ahí bastante tiempo sin darnos algún susto.

-Como digas, pero no quiero que sigas haciendo éste esfuerzo, ven te ayudo a sentarte en el sofá y ves una película mientras termino yo el desayuno.-Dijo Momo mientras guiaba a la Omega

-Está bien mapachito, pero cundo deje el embarazo voy a consentirte por ser la mejor Alfa de todas.- Sana dió un pequeño beso en la mano de la Alfa

-Está bien cariño, esperaré a que nuestro pequeño nazca y luego podrás darme todos los mimos que quieras.-Dijo la Alfa dejando con cuidado a la Omega sobre el sofá.

Sana solo sonrió ante su Alfa, amaba a Hirai Momo, su Alfa y Madre de su cachorro, y quién sabe, tal vez su esposa y madre de más cachorros con ella.

Porque ambas sabían que sus planes a futuro eran más largos.

Porque ambas habían hecho muchas promesas futuras que estaban dispuestos a cumplir.