ARMAR UN PLAN 11.

1K 169 7
                                    

Minerva regreso en la horas de la tarde cargada de paquetes, sonriente como nunca antes ingreso a la mansión.

Silence quien había estado en el estudio con el señor Griffin salió al ver el carruaje aparcarse en la entrada principal.

– Minerva?– al escuchar que Silence la llamaba la sonrisa se borró de sus labios.

– ¿ Que quieres?– Inquirió con dientes apretados.

– Debo hablar contigo– la institutriz la miro como si estuviera ante alguien diferente – sigueme – elevó su mentón y camino hacia el estudio el cual estaba solo en ese momento.

– Que quieres muda!– la miro de arriba a bajo.

Silence sonrió restándole importancia a las palabras que de su institutriz.

– Seré directa, y no me importa si estás o no disponible– ladeó la cabeza mirando a la joven en frente suyo, parecía más segura de su misma y no tartamudeaba – Como bien me dijiste padre vendrá por mí en semanas – está asintio rectificando lo dicho por la pelirroja – Bien, quiero que me enseñes a ser una dama, que me enseñes a moverme, vestirme y peinar, quiero casarme lo más pronto posible y deshacerme de ti – la mujer sonrió de lado, Silence nunca antes le había hablado de esa forma

– Te sientes muy segura de ti misma ?– Inquirió elevando una ceja.

– Si – Silence elevó su barbilla, mostrando que su verdugo no tenía más poder sobre ella– ganas tú y ganó yo, así nos deshacemos la una de la otra. Mira, se que tú me odias y yo a ti, pero podemos ayudarnos mutuamente, si no logro pescar un marido en esta temporada, mí padre me enviara de vuelta a este lugar. Contigo – elevó una ceja,  miró alrededor– y no queremos eso ¿ Verdad?.

Minerva trago en seco, sabía que Silence tenía razón y lo menos que quería era volver a esa propiedad con ella.

– Está bien, trabajaremos arduamente estás semanas para que seas una dama y así deshacerme de ti.

– Ah!, otra cosa, nuestro trato solo será mientras me enseñas; al terminar mis lecciones no me miras o hablas– Minerva abrió la boca sorprendida. Miro a todos lados como buscando a la verdadera Silence – No es broma, deberás hacer lo que te ordenó, si no lo haces mandaré te encierren en tu recamara– la cara de Minerva palideció, le daba miedo estar encerrada aún en su recámara.

Trago en seco.

– Está bien, no sabrás más de mí una vez terminen las lecciones.

– Bien, comenzamos mañana a primera hora.

Se levantó de su sillón y salió del estudio, dejando a Minerva pasmada.

– Dónde está la muda, y quien es esta mujer?.

Cerro la puerta tras ella, se recostó en la pared y respiró profundo

Llevo una mano a su pecho y sonrió. Al fin había podido decirle a Minerva más de dos palabras sin tartamudear.

– Como le fue mi niña? – Inquirió Antia una vez estuvieron solas.

– Muy bien, Minerva miraba a todos lados como buscando a la muda Silence – sonrió feliz – al fin pude decirle las cosas sin sentirme insegura.

Abrazo a Antia quien estaba feliz por ella.

Esa noche salió al jardín con Antia quien cuidaba sus espaldas.

Fueron hasta la cabaña donde Gerald la esperaba con ansias.

– Pensé que no vendría –  dijo tomándola por la cintura.

 ORANGE ROSES..... EL SILENCIO DE TUS LABIOS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora