EN LA BOCA DEL LOBO 14.

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El carruaje apartó frente a la mansión londinense de los condes de Ashford.

Edrick seguido de los sirvientes salió a recibir a su hermana.

Silence sonrió al ver a su hermano mayor.

– Ha llegado mi momento– dijo a Antia quien había viajado a su lado.

– Si, quiero ver sus caras cuando te vean.

– Allí estarás– Edrick abrió la puerta del carruaje dónde venía su hermana.

– Mi lady – tendió su mano hacia Silence quien coloco sobre está una engüantada mano.

Edrick elevó su mirada y se encontró con una preciosa Lady.

– Silence!– está sonrió.

– Si, mi lord.

– Estás preciosa – tomo la mano de su hermana y la beso, Silence miro a los sirvientes quienes la miraban como si no la reconocieran.

Estaba muy diferente, ahora era toda una mujer; de cabellos largos, cintura estrecha y caderas más grandes, sonrisa radiante y ojos brillantes.

Era toda una beldad.

– Ingresemos.

Le brindo su brazo para que se colgará de éste.

Silence ingresó a la mansión, elevó su mirada y observó las escaleras. En lo alto de estás estaba la condesa, y a su lado sus hermanas, Miracle y Gena.

La condesa la miró con ojos desorbitados.

Esta no era la misma niña fea que había dejado en Orange.

Ahora era una joven casadera muy diferente.

– No te fies de las apariencias, debe seguir siendo una muda sin remedio, ya verás como será nuestra sirvienta.

Susurro al oído de su madre.

La condesa sonrió mientras elevaba su mentón.

– La haz traído, siempre te sales con la tuya– descendió hasta llegar a Silence – nada cambiará– dijo mirando a su marido; todo seguirá igual para ti– le dijo directamente a Silence.

– Como usted ordene lady Ashford – dijo haciendo una reverencia.

– Prepararle a mi hija su recámara en el ala este – la condesa zapateo en su lugar y sin decir más salió hacía la sala del té seguida por sus hijas

– Ven querida, tomaremos el té– su padre le brindo su brazo, sonriente Silence se colgó de él.

– No te preocupes, nadie te hará sentir mal.

– No te preocupes padre, todo estará bien.

Se sentó frente a Miracle, quien elevó el mentón al verla.

– No se puede negar, esta preciosa. Pero jamás serás una beldad.

Silence sonrió demostrando que las palabras de su hermana no le causaban dolor alguno.

– Sirve el té – le dijo Miracle.

– Mi lady, eso no le corresponde. Yo lo serviré– Silence miro a la sirvienta.

– Con gusto lo haré – se levantó de su lugar, tomo la tetera y comenzó a servir el te, Miracle la miraba sonriente.

Su padre enojado miraba a su hija.

– Hija, deja de hacer eso. Para eso hay servidumbre– Silence lo miró y sonrió.

– Tranquilo padre – Comenzó a servirle el te a Miracle, mientras le hablaba a su padre.

 ORANGE ROSES..... EL SILENCIO DE TUS LABIOS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora