6. La misericordia negra.

165 32 16
                                    

2003, Isla cello, planeta tierra.

Aquella niña rubia observaba el atardecer desde la playa en la que había caído, que ahora era su hogar. Acariciaba lentamente al pequeño Krypto que estaba a su lado. Argo estaba sobre su hombro. Ver los cielos así rojos le recordaban su hogar. Y sobre todo a su tía Astra que la amaba tanto.

Mewtwo apareció a su lado, el la observó por largos momentos. Tal vez explorando la mente de la rubia. -Tú fuiste creada como yo. Dentro una matriz sintética- dijo en la mente de Kara.

La rubia alzó la mirada a su amigo, le sonrió enormemente. -Sí. Todos los Kryptonianos fuimos así creados- explicó Kara, mientras las olas rompían sobre la playa. La arena suave se metía a través de los dedos de sus pies descalzos.

-No. Tus padres te modificaron para ser mejor y más fuerte que los demás de tu planeta- el Pokémon anunció. Parándose más cerca de la niña -Sospecho que eres más fuerte que tu primo- murmuró preocupado.

-Eso ahora no importa. Viviré siempre aquí- meneo la mano dándole poca importancia de su amigo. El suspiro audiblemente. La chica alzó las cejas curiosa.

-Como ya te dije que no hay que confiar en los seres humanos. Hay unos que querrán usar tu poder para poder dominar el mundo... yo viví eso con un hombre- explicó preocupado. Kara entendía, que si un día salía de esa isla no debía confiar en ninguna persona.

-Hay pocos humanos que valen la pena, ellos demuestran ser realmente bondadosos. Amigos de los Pokémon. Yo conocí a este niño, que calculo que debe tener tu edad, él es bondadoso y era amigo de todos sus Pokémon. Hay pocos humanos en este mundo que son dignos de confiar y brindarle tu amistad. Y cuando los encuentres nunca los sueltes- comentó tranquilamente.

-Pero no confíes en tu primo. Él fue educado por humanos y por lo mismo está contaminado de sus malos sentimientos- dijo antes de desaparecer.

Kara aprendió muy bien está lección que le dio Mewtwo. Cada día era una diferente, pero eso le ayudaría a sobrevivir en el planeta tierra.

2015, en la mente de Kara.

Ella despertó sobresaltada después del sueño que había tenido. Aunque no lo recordaba bien. Pero la voz profunda de lo que hablaba con ella se le quedó grabada. -Por fin despertaste cariño. Iré a decirle a tu madre- escuchó aquella voz hermosa que la sobresalto.

Se quedó viendo algo confundida a su alrededor. Entonces se dio cuenta que estaba en su habitación en Krypton. Pero Lena no podría estar aquí, ella era de la tierra. La pelinegra alzó una ceja y se acercó para tocar la frente de la rubia.

-Estas bien. La fiebre ya pasó. Me asustaste realmente, cariño- dijo Lena besando lentamente los labios de Kara. La rubia se sorprendió al sentir aquel beso amoroso.

-Deberíamos ir a casa Lena. Este no es tu planeta- explicó nerviosa Kara. Lena soltó una pequeña carcajada. Abrazo a la rubia con cariño y le dio varios besos por la cara.

-No seas tonta. Krypton es mi planeta. Estamos casadas. La matriz nos unió. Y bueno antes que nos uniera, nos conocimos en el gremio de científicos, ahí nos enamoramos y lo de la matriz confirmo lo que ya todos sabían- soltó una gran sonrisa, aquellos ojos verdes se iluminaron.

-Tus padres nos dejaron quedarnos aquí en lo que te recuperabas- explicó levantándose. Alura entró sonriente al cuarto, era su madre, pero algo no se sentía bien en esto.

Lena & Supergirl. Una historia pokémon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora