Capítulo 7

336 39 8
                                    

Miércoles, 19 de agosto

-¿Qué hace este aquí? -preguntó Jin.

Forzó la vista para ver mejor la figura que avanzaba entre los árboles desnudos de hojas que había junto al cementerio. Los árboles llevaban muchos años muertos, pero nadie los había talado. Me parecía morbosamente
apropiado para la situación. Las facciones de Jin, manchadas por las lágrimas, se endurecieron.

Cuando me volví vi que se trataba del inspector Wright. Se mantenía lo suficientemente alejado del grupo para que quedara claro que no formaba parte del funeral. Iba vestido con traje negro y corbata, como si todo aquello fuera con él, pero estaba concentrado en nosotros y no en el agujero en el
suelo en el que estaban a punto de depositar el féretro de Rosé.
Me recorrió el cuerpo un escalofrío de asco. Tenía que aparecer precisamente hoy. ¿Cómo se atrevía a presentarse allí y hacer que el funeral de Rosé se centrase en la investigación y no en despedirnos de un ser tan
querido? Lo único que deseaba era que el sepelio transcurriera sin problemas y que no faltasen los discursos de las personas que la queríamos. La aparición de Wright nos obligaba a todos a pensar en lo que había pasado. Y gestionar
lo que había pasado era ya muy duro de por sí.

-¿Es que no puede concedernos ni un día? -preguntó Sana, que
estaba detrás de mí.

El inspector, sin embargo, no había hecho acto de presencia en el funeral de Jisoo, por lo que no entendía qué implicaba que acudiera solo al de Rosé.

-Está intentando pillar a un asesino, Sana. -La voz de Lisa me
sobresaltó. Se colocó delante de nosotros y miró hacia Wright-. Tiene que tener controlados a sus sospechosos favoritos.

-¿Qué haces aquí? -le pregunté.

Pensé que Lisa no conocía de nada
a Rosé y, por lo tanto, nunca habría esperado verlo en su funeral.

-He venido a presentar mis respetos en representación de mi hermano -respondió-. He decidido quedarme un tiempo con mi madre. Está fatal. -Parpadeé, sorprendida. Después de todo lo que había dicho sobre su madre en el funeral de Jisoo, me había imaginado que se marcharía en cuanto pudiera-. Intento ayudarla, pero soy consciente de que no me apaño muy
bien con mujeres tan sensibles como ella.

-Lo siento, Lisa -dije.
Se encogió de hombros.

-No pasa nada.

-Cuando acabe esto vamos a ir a la pista de baloncesto. ¿Te apetece
venir?

Por las miradas asesinas que me estaba lanzando Jungkook comprendí que no quería que Lisa viniese, pero, en aquellas circunstancias, lo que pensara
Jungkook me daba igual.
Lisa frunció el ceño.

-Tenía entendido que el velatorio era en el club social. -Asentí.

-Así es, pero hemos decidido hacer otra cosa. Íbamos mucho por la pista. -Enarqué una ceja-. Y solíamos beber allí. Nos ha parecido más... apropiado.

Lisa se mordió el labio inferior y ladeó la cabeza. Finalmente
respondió:
-De acuerdo. Gracias.

El corazón me dio un brinco al ver que aceptaba. Que me gustara Lisa era peligroso: me gustaba y, por lo tanto, podía hacerme daño. Parecía que estuviera buscando sufrir mal de amores, pero no podía evitar que me hiciese
sentir como me sentía. Una sonrisa de Lisa y ya me tenía en el bote.

Lisa vivía en otra ciudad y por eso no conocía a nadie, excepto a su
madre, que no estaba en condiciones de ser un apoyo para ella en estos momentos. Sus padres estaban de duelo. Y por muy misteriosa y solitaria que
pudiera ser Lisa, necesitaba a alguien que estuviera por ella. Yo tenía a mis amigos, que sabían de mi inocencia, pero Lisa ni siquiera tenía eso. No pude evitar desear ser esa persona, por mucho que supiera lo poco recomendable que era lanzarme con una desconocida hacia la que me sentía tremendamente atraída.

La cabaña - adaptación Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora