Sostener las manos

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—Esos entrenamientos deben ser duros —comentó el topo mientras revisaba la herida que le había hecho a Spyro la noche anterior.

—Hehe, si —respondió Spyro un poco apenado.

Yo no podía ni hablar de la vergüenza. Aún seguía sorprendida por la claridad de mi pesadilla, al igual que las emociones que había experimentado mientras transcurría.

—¿Cynder?

—¿Hmm?

—Ya nos podemos ir —comentó Spyro.

—¡Oh!, si.

—Entrenen con cuidado jóvenes dragones, no queremos que nuestros héroes se retiren antes de tiempo —habló el topo con una sonrisa.

Nos despedimos de él y caminamos en silencio hasta el patio central de Warfang. 

—Hey, vamos.

Instó Spyro comenzado a aletear en el aire. Sin saber bien qué hacer, simplemente lo seguí hacia donde fuera que estuviera yendo. Unos instantes después habíamos llegado a las cascadas del atardecer, donde nos detuvimos finalmente.

—¿Qué hacemos aquí? —pregunté mientras observaba el panorama.

—Relajarnos un poco, ven, vamos cerca del río  —animó con una sonrisa.

Con algo de reservas lo seguí hasta llegar a la orilla, se sentó y palpó un sitio a su lado. Me senté a su lado, aún más confundida que antes.

—¿Spyro?

—Tranquila, solo quería que habláramos en privado.

—¿Sobre qué?

Spyro dió un suspiro cansado.

—Cynder... ¿Está todo bien?

Me limité a mirarlo en silencio, esperando a que continuara.

—Verás, no es la primera vez que sucede lo de anoche.

—Spyro yo...

—No creas que te estoy recriminando, solo quiero saber... ¿Sucede algo?

La verdad ni yo misma sabía cómo responderle.

—No lo sé. Cuando derrotamos a Malefor creí que sería el fin de esta especie de recuerdos donde...

—¿Dónde no eres tú misma?

—Algo asi.

—Cynder, te conozco, sé como eres y lo que eres. Lo que sucedió con Malefor no fue culpa tuya —habló, abrazándome con una de sus alas.

—Lo sé. Solo... creo que no se como quitarme esta sensación de culpa y arrepentimiento —expuse ante él—, no me lo tomes a mal, pero tener que lidiar con todas estas emociones me hace querer ser como antes, simplemente una marioneta siguiendo órdenes.

Mi mirada se perdió en la corriente del río al reflexionar sobre mis palabras.

¿Cómo pueden lidiar los demás con ésto?

—Es difícil al principio, todo te abruma y no sabes que hacer pero... —sentí la calidez de su pata sobre la mía—, te ayudaré en todo lo que pueda para que puedas comenzar a liberarte de todo eso —confirmó con una sonrisa.

SpyroXCynder FlufftoberWhere stories live. Discover now