Anillos de promesa

125 7 0
                                    

—¿Están listos? —pregunté visiblemente impaciente.

—Solo un poco más —respondió el topo herrero.

Con unas pinzas tomó las dos piezas recién forjadas y las sumergió en un balde de agua, haciendo que el color rojo intenso que poseían lentamente fuera desapareciendo hasta quedar solo con su color dorado original.

—Están listos —anunció el topo—, son un poco grandes, pero les bastará.

Me dió las dos argollas, no sin antes desearme buena suerte. Salí bastante emocionado y nervioso de la herrería, yendo directamente a la habitación donde descansaba tranquilamente Cynder.

Después de la unión que presenciamos en la villa de los hombres leopardos, de haber ganado el rito de buena fortuna y de decirle a Cynder que deseaba lo mismo para nosotros, finalmente había llegado el momento de hacer realidad mis palabras.

Llegué a la habitación y sin hacer ruido me infiltré en ella, viendo a Cynder aún dormida. Con cuidado me acosté a su lado, ocultando las argollas bajo la almohada.

Cynder se removió un poco, acercándose a mí, descansando su cara sobre mi pecho.

—Hmm... ¿A dónde fuiste?

Me congelé ante esas palabras, creí que no había notado mi ausencia.

—Em... Tenía que cumplir una promesa —confesé.

—¿Qué promesa? —preguntó aún sin querer abrir sus ojos.

Acaricié su mejilla con mis labios antes de susurrar:

—La promesa que te hice a ti.

Sentí a Cynder tensarse para después removerse hasta finalmente mirarme a los ojos.

—¿Cómo?

Le mostré las dos argollas, sorprendiéndola de sobre manera.

—Spyro...

—Cynder —la interrumpí—, después de todo lo que hemos pasado, no tengo dudas de que quiero seguir contigo... hasta que...

Sus labios callaron mis palabras antes de poder finalizar.

—No quiero que haya un final —confesó—, me quedaré contigo siempre.

Oir esas palabras hizo hinchar mi pecho de felicidad. Le coloqué su argolla a modo de brazalete en su pata derecha de modo que su brazalete de plata no se interpusiera, al igual que ella colocó el mio para finalmente, darnos un beso que sellaría nuestro compromiso.

SpyroXCynder FlufftoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora