Hora del baño

118 6 0
                                    

La temporada de invierno que había caído en Warfang comenzaba a hacerse notar, pues día a día la temperatura disminuía más, haciendo que Cynder la odiara.

—Buf... Necesito aprender a controlar el fuego —comentó.

—Hehehe, tranquila, estoy aquí para darte calor cuando lo necesites —respondí.

—Aun así.

Nos quedamos un rato más recostados en la cama hasta que recordé algo.

—Hey, podríamos ir a las aguas termales. Los topos recién las inauguraron —propuse animado.

Cynder no tardó mucho en aceptar mi propuesta, pues necesitaba urgentemente entrar en calor.

Al llegar nos llevamos la sorpresa de que varios de los topos se encontraban disfrutando de las cálidas aguas y tras caminar por el enorme recinto, finalmente encontramos un lugar donde nadie nos molestaría.

—Ah... Esto se siente bien —comentó Cynder una vez dentro del agua.

Me apresuré a ir a su lado, no sin antes tomar un par de toallas y de barras de jabón.

—¿Te apetece un baño? —pregunté una vez estuve dentro del agua con ella.

—¿Por qué no?

Tomé una de las barras y comencé a frotar su cuerpo mientras ella hacía lo mismo conmigo. Reíamos mientras nos lanzábamos agua en una pequeña guerra acuática.

Unos minutos después me encontraba frotando los hombros de Cynder, notando la gargantilla plateada en su cuello. Inconscientemente la acaricié, notando su cuerpo tensarse.

—¡Lo siento! —me disculpé de inmediato, alzando mis patas.

—No importa —respondió, visiblemente un poco decaída.

Se giró para quedar frente a mí, tomando mis patas entre las suyas, volviendo a dejarlas alrededor de su cuello, sobre la gargantilla de plata.

—No me molesta si eres tú —confesó, mirándome a los ojos.

Ver la gargantilla me molestaba, pues lo único que venía a mi mente era el hecho de que ella no merecía tenerla.

—Lo siento, es solo... Que me hace recordar lo que sucedió —comenté un poco decaído, bajando la mirada.

Cynder tomó mis mejillas moviendo mi rostro suavemente hasta poder verla.

—Sé que no fue algo justo, y hace que recuerde las cosas de las que me arrepiento... Pero también me recuerda que hubo alguien que creyó en mí... y que me dió esperanza.

Ante esas palabras solo pude abrazarla contra mi pecho, deseando poder borrar todo lo que había sucedido, pero también sabiendo que no pararía en ningún momento hasta que pasara todos mis días haciéndola feliz.

SpyroXCynder FlufftoberWhere stories live. Discover now