Cap. II:Mi misión

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Miró a sus amigos, y sólo entonces se percató de la presencia de Katsuki en la estancia.

-¡Qué bien que ya estés capacitado para vernos, Todoroki sama!-dijo Iida con sus típicos movimientos robóticos-.

Todoroki sonrió.

Miró a todos sus compañeros, los que le habían ayudado a llegar a ese punto de su misión.

Iida era un caballero que estaba a sus órdenes desde que tenían 5 años, Monoma era parte de su escolta de compañía, Izuku era un joven que habían conocido en el camino y que buscaba al caballero perdido All Might, Ochako era una bruja buena que se topó con ellos en el "Bosque Encantado" y Tokoyami era un joven marqués en busca de aventuras.

-¿Cúanto tiempo te queda para que te recuperes, Todoroki?-dijo Tokoyami-.

-Según Mina, poco más de una semana. Luego, pondremos rumbo a "Las minas de la Tristeza Infinita"

-¿Por qué cojones queréis ir a ese lugar maldito?-dijo Bakugo acercándose a la cama-.

-Mi misión es rescatar a la princesa Momo, presa en esos lares tan sombríos, y llevarla junto a sus padres-murmuró el príncipe-.

-Conocí a alguien que se adentró allí y nunca más supe de él. En cambio, yo he logrado salir vivo de ese lugar varias veces. Si vais vosotros solos no lo lograréis.

-Podrías acompañarnos-dijo de una manera que su voz sonó dulce y aterciopelada-.

Katsuki sintió como la cara le hervía. Chasqueó su lengua.

-Lo haré, pero sólo porque sé que no saldríais vivos de esa, malditos extras. Y menos el nerd de Deku-dijo señalando al peliverde-.

-Pensé que ya no te acordabas de mí, gran domador de dragones-dijo haciendo una reverencia exagerada-. Pero yo siempre me he preguntado dónde te escondías, Kacchan.

-¿Os conocéis?-señaló la de mejillas redondas-.

-Era de un pueblo cercano al mío. Nos conocimos cuando fuimos niños. Luego desapareció y ya no supe de él.

-¿Cómo está Inko?-dijo con su rostro más relajado-.

-Perfectamente, gracias por preguntar por mí.

-Te estoy viendo, vivito y coleando, así que no me hace falta-el cenizo se acercó a la cama y puso su dedo índice en la frente del bicolor-. Y tú, ponte bien ya, tenemos que salir cuanto antes-se volvió hacia los amigos de Shoto y los comenzó a empujar fuera del dormitorio-. Venga, dejad descansar al helado de fresa.

Cerró la puerta antes de que nadie dijera nada.

-¿Y tú?-dijo el bicolor-.

-¿Yo qué?

-¿Tú no te vas?

-¿Quieres que me vaya?-dijo haciendo el ademán de coger el mango de la puerta-.

-¡No!-el cenizo se dio la vuelta-. Quiero decir, no, no quiero que te vayas-dijo avergonzado-.

El cenizo sonrió y se sentó en el borde de la cama del bicolor.

-¿Por qué te has quedado conmigo?

-Porque quería comprobar que no te volviera a subir la fiebre y porque he notado un aura rara en ti. ¿Has sido maldecido alguna vez?

-Que yo recuerde, no-dijo mintiendo el príncipe-.

Bakugo se acercó a él, y fue a tocarle la frente con sus dedos índice y corazón, pero se detuvo.

-Tch, ya lo comprobaré en otro momento-dijo apartando sus dedos-.

El cenizo miró a los ojos del bicolor.

-¿Quién te encomendó la misión de que tenías que rescatar a la princesa Momo?

-Mi madre-suspiró con rabia-. Dijo que desde niño estaba ligado a ella, y que tenía que salvarla.

-¿Es ella la que manda?

-Mi padre se marchó hace unos años en busca de una cura para mi enfermedad, y mi madre se quedó en el mando. Tremendo error. Muchas personas y seres mágicos han muerto en sus manos-dijo rabioso-. Pero ella antes no era así.

La estancia se quedó en silencio. Nadie sabía qué decir.

~Días después~

Era de madrugada.

El príncipe ya se había recuperado del todo, y Bakugo puso todo en orden para el viaje. Les dijo a sus dragones que iban a acompañar a esos jóvenes en su misión. Los híbridos estaban encantados, por fin después de tanto tiempo podían dejar las fronteras del territorio de Bakugo.

Tras preparar las provisiones, Bakugo llamó la atención de todos.

-De acuerdo, extras. Kirishima y Mina serán nuestro medio de transporte. La cara de pan, el gafitas, el rubito, Deku y el cara pájaro irán en la grupa de Mina-los empujó hasta la dragona-.

-¿Y Todoroki kun?-preguntó el pecoso-.

-No lo vamos a dejar aquí, tonto. Él irá en la grupa del pelos de mierda, conmigo.

Dicho esto, el bárbaro se subió en el lomo del dragón rojo y le tendió su mano a Todoroki.

-Venga, principito-el bicolor agarró la mano de Bakugo con fuerza y se subió al lomo de la criatura fantástica-. Agárrate a mí si te sientes inseguro.

Nada más decirlo, sintió las manos suaves del príncipe rodeando su cintura.

-¿Tanto miedo tienes?-el príncipe hizo un puchero y cerró los ojos, apoyando su cabeza en la espalda del cenizo-.

-Cuando digas, Blasty-el cenizo espoleó al dragón, quien alzó el vuelo-.

Mina hizo lo mismo, y pronto se situó a su lado.

El príncipe bicolor abrió los ojos, y vio el Sol saliendo por el horizonte.

-Es hermoso...-dijo maravillado-.

-Y casi te lo pierdes-el cenizo se dirigió al dragón-. Pelos de mierda, creo que su Alteza está disfrutando el viaje. ¿Podrías mostrarle cómo es un verdadero paseo en dragón?

-Alteza, sujétese bien-dijo el dragón volando con más velocidad y hundiéndose por debajo de las nubes-.

-¡Todoroki kun!-dijo el pecoso pensando que algo malo le había pasado a su amigo-.

De repente, el dragón rojo apareció, creando un agujero en las esponjosas nubes.

-¡Qué divertido es esto!-Shoto rió-.

El dragón sonrió, y comenzó a hacer tirabuzones por el cielo.

-¡Es increíble, no me estoy mareando!-dijo volviendo a reír-. Nunca me había sentido tan vivo-dijo con la mirada brillante-.

El cenizo sonrió, emocionado.

Los dragones volaron durante todo el día, hasta que en el momento del crepúsculo, descendieron.

-Pasaremos la noche en una posada, y luego iremos al pueblo. Los dragones descansarán después de volar, y nosotros tomaremos un barco-dijo señalando una que tenían a sus espaldas-.

Los dragones tomaron sus formas humanas y junto al resto del grupito, entraron en el pequeño y acogedor alojamiento.


-Eso es todo por esta noche, ¿de acuerdo?-dijo el azabache arropando a Eri-.

-De acuerdo, papá-el adulto apagó la luz y salió del cuarto de Eri, cerrando la puerta-.

La niña se giró a mirar a su compañero.

-Buenas noches, Ko chan-dijo hablándole a Kota, quien ya estaba dormido-.

Continuará...

El domador de dragones y el príncipe demonioWhere stories live. Discover now