Cap. X:La tribu

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Se adentraron en el bosque, todos conscientes de que alguien los observaba desde los árboles.

Bakugo tenía la guardia puesta y apretaba la mano del bicolor para asegurarse que seguía allí. De cada 5 minutos, decía que todos contestaran:

-¿Seguís vivos, extras?

-Sí-respondían todos-.

Pasaron otros cinco minutos.

-¿Seguís allí?

-Sí

Otros cinco minutos.

-¿Estáis muertos?

-No-Bakugo se percató de que había voces que faltaban-.

-Un segundo...-se dió la vuelta mientras sentía como el bicolor soltaba su mano-.

Faltaban Kirishima, Kaminari, Mina y...Todoroki.

-¡Bakugo!-dijo el bicolor mientras alguien lo arrastraba consigo y le tapaba la boca con la mano. Acto seguido, la persona y el príncipe desaparecieron entre los árboles-.

-¡No!-más personas comenzaron a salir de los árboles, y se llevaron al resto de personas que iban con él-. ¡Parad!

-Vaya, vaya. El hijo pródigo ha vuelto-dijo Mitsuki bajando de un árbol-.

Su marido Masaru la tomó del brazo, y ambos avanzaron hacia Katsuki.

-¿Cómo es que vuelves después de tanto tiempo, bicho?

-Tenía una misión, vieja-dijo con la cabeza alta-.

-Tomaste una decisión sin dejarnos opinar, vieja ratilla. ¿Sabes cuánto nos dolió a tu padre y a mí que te fueras sin despedirte? ¡Pensábamos que no volveríamos a verte!-se acercó a su hijo y le pegó una bofetada, que hizo que cayera al suelo-. Sigues siendo débil-se dirigió a alguien-. Cargadlo y llevadlo a mi tienda

Unas personas agarraron a Bakugo desmayado y se lo llevaron a la tribu.

~Un par de notas después~

Bakugo despertó en un ambiente cálido. Se incorporó, y vió a su padre mirándolo.

-Pareces un pervertido

-No has cambiado nada en carácter, hijo mío-dijo abrazándolo-.

Bakugo abrazó a su padre, movido por la nostalgia.

-Te he echado mucho de menos, Katsuki-dijo con ojos aguados-. He soñado que llegase el día en el que nos volviéramos a ver. Tu madre también está contenta, pero no lo demuestra por su orgullo, ya sabes cómo es.

-¿Y mi grupo?

-El chico pelirrojo, el del mechón negro y la pelirosa están siendo observados por los guerreros. El resto están cerca de la gran hoguera, reponiendo fuerzas. En cambio, el príncipe está siendo atendido por las chicas vírgenes del pueblo.

-¿¡Qué!?-salió de la tienda, buscando a Shoto-.

Abrió la puerta de una de las tiendas, y encontró a las chicas vírgenes sobando al príncipe, desabrochándole la camisa y acariciándole el pecho. Le revolvían el pelo, le mordían el cuello y los lóbulos de las orejas y le desabrochaban el pantalón. Shoto tenía cara de sufrir.

A Bakugo le dió un tic en el ojo. Todoroki lo miró con cara de "No es lo que piensas".

-¡¿Pero qué hacéis?!-las chicas se percataron de la presencia de Katsuki, así que se marcharon corriendo de la tienda-.

-Yo no quería, al despertarme, ya me estaban manoseando-dijo abrochándose el pantalón-.

Bakugo no lo admitiría, pero el ver así al príncipe, desprotegido, lo empezaba a poner cachondo, así que se puso rojo.

-No hay problema, se te veía en la cara-dijo acercándose-.

Le peinó el cabello y le abrochó la camisa. No pudo evitar mirar sus abdominales, y se puso aún más rojo.

-¿Estás bien? ¿Te han hecho algo aparte de...estas...mordidas?-dijo acercando su cara a las marcas del cuello del príncipe-.

Shoto sintió el aliento del cenizo en su cuello, y cerró sus ojos.

Bakugo tenía ganas de morder ese cuello blanco y después tirarlo al suelo y hacerle lo innombrable, pero se contuvo.

-Hay que sacar a tus amigos y a los míos de aquí-dijo tras separarse del bicolor-.

Ambos se miraron a los ojos. Hacía dos meses que se conocían, pero no sabían porqué se sentían tan juntos, como si se conocieran de toda la vida.

-Deberíamos irnos-dijo rojo mientras se levantaba-.

-Vamos-dijo levantándose-.

Ambos salieron de la tienda, y se dirigieron a la hoguera donde Mitsuki y Masaru aguardaban

-¡Nuestro hijo Katsuki ha vuelto!-la tribu aplaudió ante la noticia que les daba su jefe Masaru-. ¡Y haremos un banquete para celebrarlo!-un grito de júbilo salió de entre el público-.

-Además, demos la bienvenida al príncipe Shoto, del reino de Yuei, que hoy nos acompaña junto a sus amigos-dijo la jefa señalando a los amigos de Shoto y Katsuki-. Nosotros, la tribu Chisso, los acogeremos hasta que se repongan.

Shoto se sobresaltó al escuchar ese nombre. De esa tribu saldría la persona que lo curaría. Katsuki lo miró, conocedor de la razón de su sobresalto.

El banquete dió comienzo, todos se sentaron en el suelo frente a la hoguera. Katsuki estaba sentado entre Shoto y su madre Mitsuki.

-¿Cómo te fue por el reino de los dragones?-preguntó Mitsuki-.

-Bien. Mina y Kirishima son de allí.

-¿La pelirosa y el pelirrojo?

-Sí-dijo mirando la comida que tenía delante suyo-.

De repente, vio un fruto especial que tenía a su alcance. Una idea le vino a la mente.

-Hey, Icyhot. ¿Quieres probar esta fruta?-dijo pasándole una fruta de color carmín-.

-De acuerdo-dijo tomando un bocado-. Está rico-dijo pegando otro mordisco-.

Bakugo mordió por el mismo lado que Todoroki y lo miró.

-¿Deberíamos decirle al príncipe que esa fruta...?-susurró a su esposa-.

-Déjalo, total, estaba destinado-dijo la mujer mientras miraba como ambos jóvenes compartían la fruta-.

-¿Qué significa virgen?-preguntó Eri inocentemente a Kota-.

-Creo que es cuando una mujer o un hombre no han tenido pareja todavía-mintió. Eri tenía que seguir inocente hasta los 10 años mínimo-.

-¿Y ponerse cachondo?

-Querer besar a una persona-mintió-.

-¿Y "hacer lo innombrable"?

-Hacer bebés-dijo nervioso-.

-¿Los bebés no los traía la cigüeña?

-¡Leamos otro capítulo!-dijo tratando de cambiar de tema-.

Eri hizo un puchero, pero siguió leyendo

Continuará...

El domador de dragones y el príncipe demonioWhere stories live. Discover now