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Me desperté y Riki ya no estaba en casa.Se había ido de viaje. Ni se despidió de mí, ni me dejó mensaje.He estado casada con él durante años, al menos una consideración que merezco, pero veo que él no lo cree así. Estaba terminando mi café, cuando apareció María con una bolsita y nuevamente flores.

- ¡Son para ti!- sonreí ya imaginando de quién era.

- ¿Tienes una tarjeta? - Ella asintió y me entregó la bolsa.

- Que buen gusto tienes para las flores.

- Sí, puedes ponerlo en un jarrón por favor, me voy a mi habitación.

Entré a mi habitación y abrí la bolsa, era un perfume. Pronto olí, era fuerte, pero tenia una esencia maravillosa. Entonces conseguí la tarjeta.

Flores y un regalo para alegrar tu día.
Estoy contando los minutos para nuestra cena.Un beso, CV.

Suspiré sonriendo y me tiré en la cama. Al menos una noche divertida que merezco. Necesito saber con qué ropa voy. Me levanté y fui a mirarme en el espejo. Necesito arreglarme, voy al salón de belleza.

Pasó el día y fui al salón, me corté el pelo, me afeité la barba, quería verme realmente hermoso hoy. Si Riki no me presta atención, alguien más lo hace.
Llegó la noche y María con los sirvientes ya se había ido, me mire en el espejo eran las siete y media, era hora de prepararme. Ya había elegido la ropa, solo me duché y me puse la ropa.

- ¡Estoy listo!- Me ví a mí mismo en el espejo.

Fui a buscar mi celular y escuché el timbre de la puerta, bajé rápidamente a la puerta  y abrí,  tragué saliva.

- ¿Hola,¿Buenas noches? - Dijo y no pude quitarle los ojos de encima.- ¿Está listo?

- ¡Sí!- dije nervioso.Me miró de pies a cabeza y su sonrisa era hermosa.

- Eres impresionante. -  Se acercó y tomó mi barbilla. -   ¿Listo para divertirte?

- ¡Sí! ¡Estoy! - Con su mirada sensual tomó mi mano y la besó. Cuando miró mi mano se dio cuenta de mi anillo de bodas. Luego me quitó el anillo del dedo.

- ¡No necesitas eso! - Me lo entregó y lo puse en mi bolsillo. - ¿Vamos?

Cerré la casa y lo acompañé al auto, abrió la puerta y me subí, luego se subió y nos fuimos.
Manejaba en silencio y yo estaba muy incómodo con él así.¿Por qué no dijo nada? Si habláramos al menos no estaría tan nervioso. Pronto paramos en un restaurante súper hermoso. Entonces él me miró.

-  ¿Te gusta la comida italiana?

- ¡Sí!¡Una de mis comidas favoritas!

- Excelente, vamos? - Asenti.

Se bajó del auto y luego me abrió la puerta, sonreí y me tomó mi mano ayudándome a salir del auto.Su toque fue fuerte y bueno, entramos al restaurante y todo era muy bonito, fuimos a uma mesa que parecía reservada para nosotros. Nos sentamos y pronto pidió un trago. Me quedé impresionado por el lugar.

- ¡Aqui es lindo!

- Sí, me gusta este lugar. Es bien reservado y podemos estar a gusto. Nadie nos molestará. - Me miró y me guiñó un ojo.

- ¿Usted viene siempre aqui?

- ¡A veces! - Me miró y tomó un sorbo. - No me dijiste tu nombre.

- ¡Es Joel!Por cierto, ¡gracias por el regalo y las flores!

-  Eres una persona que merece regalos todos los días, Joel. - El me miró analizando y yo suspiré nervioso. - ¡Me gustó tu nombre! ¡Hermoso como tu!!- Aparté la mirada avergonzado.

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