CAPÍTULO VII

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No había nada, nada que demostrara su inocencia.

La mañana había llegado y todo estaba listo para la degollación de aquel inocente hombre, para quien ni sus mayores plegarias pudieron ser escuchadas.

El verdugo se encontraba ya preparado, a un lado de la enorme guillotina para cumplir con su deber.

La voz se había corrido por todo el reino así que los montones de personas que habitaban el pueblo, esperaban ansiosos a que el sangriento evento diese inicio.

Comúnmente cuando algo así se llevaba a cabo, era todo muy rápido, sin ningún tipo de discurso previo ni posterior.

Al fin buscaron al hombre, quien se revolcaba y gritaba en desesperación intentando convencerlos de que estaban equivocados y habían capturado al hombre equivocado. Eso a ningún ser le importó ni pareció creer sus palabras en lo absoluto, solo querían a un culpable y él era lo más cercano a uno.

Louis, por el contrario, no podía evitar sentirse culpable por no haber conseguido las pruebas para demostrar que Mark no había hecho aquella traición, aunque cabía la posibilidad de que efectivamente hubiese sido él y todo lo que decía eran en verdad falacias, para salvarse de su no tan agradable destino. Eso ya no podría saberlo; era demasiado tarde.

El rey ya estaba en muy malas condiciones, así que por más que quisiera ver como la cabeza del hombre que lo había condenado a muerte era extraída de su cuerpo, no pudo hacerlo, solo le fue posible apreciar el espectáculo desde su ventana, que daba una vista casi directa a la guillotina.

El rey ya estaba en muy malas condiciones, así que por más que quisiera ver como la cabeza del hombre que lo había condenado a muerte era extraída de su cuerpo, no pudo hacerlo, solo le fue posible apreciar el espectáculo desde su ventana, que dab...

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-Al rey le queda un día y mitad de otro aproximadamente, como máximo podrían ser dos, pero no le tengan muchas esperanzas -informó el médico que se encargaba de revisar a Vincent.

-Está bien, gracias, ya puede retirarse -le respondió Harry. Suspiró y observó como el hombre se alejaba-. ¿Vas a hablar o te quedarás observándome desde las sombras? -se volteó en dirección a la silueta que hacía un momento había notado.

-Ninguna de las dos... -el rizado iba a replicar, pero se quedó con las palabras en la boca cuando unos suaves labios impactaron contra los suyos, tomándolo completamente por sorpresa. Luego de seguir el beso unos segundos, se apartaron.

-Nos van a ver, Lou -murmuró aún a rozando la boca del ojiazul.

-Cierto -terminó de alejarse del príncipe.

-No tengo nada que hacer el resto del día ahora que el traidor está muerto, he terminado con mis demás labores. ¿Quieres ir a entrenar? -Harry ofreció. En verdad quería seguir perfeccionando sus formas de defensa y ataque.

-Sin besos de promedio -agregó y le dirigió una mirada juguetona, decidiendo evitar el hacer mención sobre el tema del "traidor".

-No puedo prometerte nada -sonrió. Rápidamente se acercó para darle un pico y luego alejarse, encaminándose a la sala de entrenamientos siendo escoltado por el castaño.

𝐌𝐲 𝐋𝐞𝐠𝐚𝐜𝐲 ᯽ 𝘓𝘢𝘳𝘳𝘺 𝘚𝘵𝘺𝘭𝘪𝘯𝘴𝘰𝘯Where stories live. Discover now