CAPÍTULO IX

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Al final, luego de esos dos largos días, Louis volvió junto con los guardias que lo habían acompañado al viaje de revisión. Nada había ocurrido, no habían encontrado nada sospechoso. Todo el perímetro estuvo muy tranquilo, por lo que se tomaron la libertad de volver al castillo en el tiempo que ya tenían establecido desde un inicio.

Todos se hallaban muy cansados, por lo que otros hombres los suplirían el día de hoy, así como hicieron los días en su ausencia.

Al finalizar de desarmarse y llevar a los caballos a sus corrales, Louis decidió ir a buscar a Harry. Él debía haber estado cuando llegaran al castillo, pero no fue así. Eso hizo al ojiazul preguntarse si todo dentro del castillo estaba en orden.

-Oh, buen día Louis, ¿cómo les fue en el viaje? -preguntó la princesa Arlene, curiosa al toparse a Louis.

-Buenos días, alte... -se interrumpió al recordar que Arlene le había dicho que no era necesario que la llamara de aquella manera-... Len. Todo estuvo bien -sonrió de labios pegados-. ¿No sabrás dónde está Harry de casualidad? No lo he visto cuando llegamos.

-¿No fue a darte la bienvenida? -frunció su ceño confundida. El ojiazul negó con la cabeza-. Pues yo a él no lo he visto desde ayer en la tarde. ¿Lo buscaste en su habitación? Estos días no ha dormido muy bien, tal vez se quedó dormido.

-Sí, lo busque ahí, pero no estaba. ¿Ayer no hablaste con él o te dijo si haría algo temprano o algo parecido?

-Creo que mencionó algo sobre ir a buscar algo a la biblioteca, ¿quieres que te acompañe? -ofreció su ayuda.

-No, está bien, yo voy -negó con las manos.

-De acuerdo. De igual forma si lo veo lo mandó a buscarte -sonrió, para que luego de que Louis le agradeciera, ambos tomaran caminos distintos.

En el camino pensaba otros posibles sitios en los que pudiera estar, por si no se hallaba en la biblioteca, pudiese buscarlo después.

Ahí estaba... pacíficamente dormido. Louis sonrió al verlo y se acercó a él. Se percató del cuaderno sobre sus piernas, entonces se sentó con mucho cuidado a su lado para no despertarlo. Redujo la distancia entre ambos para poder depositar un beso sobre su sien. Luego tomó la libreta en la que pudo ver su propio rostro a medio terminar; eso logró hacer que un suave tono carmesí se hiciese presente en sus mejillas.

No podía creer que Harry lo hubiese dibujado en su ausencia, y que le hubiera salido tan idéntico a él. En ocasiones, el talento del príncipe verdaderamente lo sorprendía.

Comenzó pasar las hojas para ver que más tenía en ese cuaderno, haciendo las hojas sonar, viendo todos los otros retratos que cada vez que avanzaba en reversa a ellos, iban siendo cada vez menos parecidos a él y eso lo hizo reír. Estaba presenciando el progreso de los dibujos de Harry.

El rizado al escuchar el ruido del papel, empezó a despertar, hasta que abrió los ojos y vio a su chico a un lado suyo, viendo absolutamente todos sus dibujos.

-¡Hey! ¿Qué haces? -se quejó con su voz gruesa de mañana, arrebatándole el cuaderno de las manos.

-Buenos días a ti también -bromeó, a la misma vez que pasaba su mano por el muslo del ojiverde.

-No se suponía que vieras eso -frunció su ceño levemente y abrazó su libreta, notandosele avergonzado.

-Son muy lindos, todos -sonrió.

-No lo son, solo son bocetos muy viejos de cuando no sabía dibujar.

-Para mí lo son. Todo lo que tú hagas es perfecto -ambos se quedaron un momento en silencio, mirándose directamente a los ojos, entre sonrisas. Habían echado tanto de menos estar tan cerca del otro, al punto de poder ver sus pequeños detalles.

𝐌𝐲 𝐋𝐞𝐠𝐚𝐜𝐲 ᯽ 𝘓𝘢𝘳𝘳𝘺 𝘚𝘵𝘺𝘭𝘪𝘯𝘴𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora