Capítulo 31.

6K 359 101
                                    

8 de Septiembre, 2021.
Milán, Italia.

Me despierto por un beso en mi nuca, luego en mi hombro. Abro un poco mis ojos para ver a mi amor en cuclillas sobre el suelo a mi lado, pero el cansancio me gana, por lo que cierro nuevamente mis ojos.

-Déjame dormir, Dan-Murmuro.

Siento un beso en mi cabello.

-Bueno, rusa, pero yo me iré con Damon, te esperaremos en lo de Sadie, ¿si?

Asiento con la cabeza y hago un piquito con mi boca, haciéndolo reír.

-Dame un beso, Daniel, porque me pondré muy cabrona-Gruño sin abrir mis ojos.

Escucho su carcajada y siento como besa muchas veces mis labios.

-Te amo, rusita, te veo allá.

Asiento con la cabeza una vez más y me acomodo mejor en la cama para seguir durmiendo abrazada a la almohada que tiene su perfume. Escucho la risa de mi hijo y como la puerta principal es cerrada, me empiezo nuevamente a relajar, para seguir durmiendo, cuando mi celular empieza a sonar.

-Mierda-Gruño.

Tomo como puedo de la mesita de noche a mi lado mi teléfono y atiendo sin ver quién es.

-Tuve un viaje en avión y ahora mismo estoy descansando luego de que volví muy de madrugada a la casa-Gruño fastidiosa-. ¡¿Qué?!

-¡Carajo!-Maldice en el mismo tono de voz que estoy usando yo-. Nikova...

De golpe abro los ojos al escuchar con atención la voz, separo el teléfono de mi oreja y veo que es un número que no conozco, pero de aquí.

-¿Roma?-No puedo evitar preguntar creyendo reconocer la voz.

-Sí, joder. Necesito ayuda y...-Escucho como gruñe-, tú sabes que no te llamaría si no fuera necesario, pero...

Rápidamente me levanto de la cama, me saco a los tropezones el pijama, y me empiezo a vestir con lo primero que encuentro para poder estar un poco más acorde a la situación.

-¿Qué ocurrió?

-Una jodida negociación, yo sabía que no era buena idea en este momento, sin embargo fui. Creí que todo iba a estar bien pero recién vine a patinar a una pista de aquí y ahora estoy en el centro de Milán huyendo de dos matones.

Me recojo el cabello en una colecta desprolija.

-¿Estás armada?

-No puedo empezar un puto tiroteo en medio de aquí, Nikova.

-Ya lo sé-Gruño-. ¡Solo fue una jodida pregunta!

Apreto la mandíbula mientras me pongo mis vans y escucho la risita de la italiana del otro lado.

-Mierda, ya veo porque dicen que das miedo...-Bufa de forma sonora-, respondiendo a tu pregunta: si, estoy armada.

Asiento con la cabeza y bajo la escalera para salir rápidamente de la casa tomando la llave de la camioneta que alquilamos para estar aquí.

-Enviame tu ubicación en tiempo real que iré por ti.

Escucho como ella suspira de forma profunda.

-Gracias.

La llamada se corta y rápidamente me llega lo que le solicite. Pongo en marcha el vehículo, no sin antes llamar a mi novio y ponerlo en altavoz.

-¡Te despertaste!-Escucho su hermosa voz-. Ya llegamos con Damon aquí, ¿vienes?

-Amor, estoy yendo a buscar a Roma...

Escucho su silencio y como se aleja del bullicio.

-Rusa...

Última vuelta [Daniel Ricciardo] ✓Where stories live. Discover now