|| D i e z ||

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Cuando Katarina abrió los ojos, no sabía del todo donde estaba. Luego se percató de que estaba en casa de Nile y de que todo lo que ella creía un sueño, era una triste y dolorosa realidad en la que Eren le había dejado y en la que el caso seguía sin resolución.

Se levantó de la cama con aspecto cansado y se frotó la cara tratando de despejarse. Se puso en pie de manera perezosa y se vistió con su falda de tubo negra y una camisa blanca, aderezándolo con las medias negras que había tirado al suelo la noche anterior antes de irse a dormir. Se miró en el espejo del baño y arregló su encrespado cabello pelirrojo antes de salir del cuarto.

En la casa de los Dock se respiraba un ambiente agradable y familiar, Nile charlaba alegremente con Mary mientras ella le daba el pecho a su bebé recién nacido. Katarina esbozó una media sonrisa, se puso sus elegantes tacones negros en la puerta de la entrada y salió de la casa arrastrando los pies, dispuesta a no molestar a la pareja.

Al llegar a la escena del crimen, se percató de que estaba completamente sola y se permitió el lujo de ponerse a pensar mientras organizaba sus papeles.

Habían logrado contactar e interrogar a casi todos los sospechosos, excepto a uno, Zeke Jaeger, hermanastro de su ahora ex marido. Katarina hizo una breve mueca al recordar la repentina manera en la que terminó su relación con Eren. Sin embargo, algo se escapaba a su deducción.

Por mucho que Eren le pidiera que descartase a su hermanastro de la investigación, la pelirroja sentía que el rubio ocultaba algo, de las cuatro veces que había tratado de contactar con el mayor de los Jaeger, solo le había respondido una y, aludiendo que no se encontraba bien psicológicamente, acabó colgándole y no acudiendo al interrogatorio. Comenzó a sospechar del rubio y en su cabeza todo tenía sentido.

Para ella, el principal sospechoso era Zeke desde el momento en el que Piek le confesó que su amiga estaba en una relación con él a penas unas semanas después de la desaparición de su anterior pareja, Erwin Smith.

En la cabeza alocada de Katarina todo estaba cobrando sentido, tanto, que retrocedió unos pasos algo mareada, apoyándose en su desordenado escritorio mientras miraba la pizarra donde todas las pistas coincidían en un solo hombre. Zeke Jaeger.

—Mierda...—

Katarina se llevó las manos a la cabeza, se estaba comenzando a agobiar. Se sentó ante su pequeño portátil y comenzó a teclear con velocidad, estaba redactando un correo expres para el CNI donde les pasaba el teléfono de Eren y les pedía que registrasen todas las llamadas echas entre las doce y las cinco de la mañana, cuando se suponía que ambos estaban durmiendo.

Suspiró cansada de nuevo y rebuscó a Zeke entre sus contactos, pulsó la tecla de llamada con pocas ganas de hacer nada. Un tono, dos tonos, el rubio parecía no estar pendiente del móvil en esos momentos. La pelirroja mujer insistió de nuevo, nada, Zeke no parecía querer responder.

—Hoy has llegado muy pronto ¿No crees Katarina?—

Nile acababa de llegar a la escena del crimen mientras dejaba su chaqueta en el escritorio de la pelirroja.

—Nile, déjame tu móvil, rápido, rápido—

Prácticamente la pelirroja le arrancó el móvil de las manos a Nile y tecleó el número de Zeke con velocidad.

Un tono...

Dos tonos...

Tres tonos...

—¿Si?—

Katarina celebró esa victoria internamente y tomó aire mientras ponía a grabar la conversación y carraspeaba para manipular un poco el tono de su voz.

||E s t o c o l m o||Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin