|| T r e c e ||

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Lo que se respiraba en ese sótano no era más que tensión, Zeke no estaba en la casa y tanto Erwin como la joven muchacha eran conocedores de que no habría otra oportunidad para escapar como esa.

Entre ambos existía un profundo silencio que parecia no tener fin, normalmente se hubiesen dicho cualquier cosa a pesar de estar separados por una pared, no obstante la ocasión era bastante distinta y un profundo silencio reinaba entre ambos reclusos. O al menos hasta que la menor decidió romper el silencio con intenciones completamente serias.

— ¿Que nos impide huir de aquí ahora mismo?—

Era una pregunta que por raro que sonase, llevaba cierto tiempo meditando y a demás, en sus palabras llevaba la razón, no había mejor ocasión para escapar que aquella. Zeke ni siquiera se encontraba en la casa y a pesar de no tener ni idea de donde se encontraban en esos momentos, pasar un par de noches a la intemperie era mejor que quedarse encerrados en ese mugriento sótano de manera indefinida.

Al otro lado de la pared se escuchó un suspiro y poco a poco la joven muchacha observó como Erwin empujaba ladrillo a ladrillo de la pared, hasta hacer un hueco en el que cupiese una persona sin ninguna clase de problema. Podrían haber intentado aquella maniobra antes, puesto que ambos eran conocedores de la debilidad de la pared en el momento en el que notaron que el aire de ambas estancias circulaba por pequeñas rendijas de los ladrillos colocados de una notable forma improvisada.

Segundos después ambos se encontraban en la habitación del de ojos azules, abrazados el uno al otro. No dudaron en compartir un apasionado y breve beso ya que ambos tenían ganas de ello.

Erwin tomó la fría y pequeña mano de su acompañante y la miró en silencio, acariciando con su mano libre la marcada mejilla de su amada.

—¿Estas segura de que podrás aguantar el viaje?—

La mirada de decisión que le lanzó __ en ese momento fue suficiente respuesta para el mayor, quien prácticamente destruyó su hombro para forzar la puerta de la estancia. Cuando el pesado trozo de metal estuvo en el suelo, tomó la mano de su pequeña y de manera algo tosca subieron las escaleras, escaleras que les llevaban a la libertad, a ese futuro juntos que ambos anhelaban.

En ese momento las piernas le fallaron a la menor de ambos y calló al suelo del largo y agobiante pasillo exhalando un gemido de dolor, las piernas de la pequeña no habían podido aguantar ni siquiera el subir unas escaleras y al menos ella necesitaba atención médica urgente. Erwin la tomó entre sus brazos, guardando para él el dolor que sentía en el brazo en aquellos momentos y más después de haber tumbado una puerta.

Corrió por toda la casa en la máxima desesperación buscando la salida de ese infierno y cuando la encontró y ambos salieron al exterior, tuvieron que cubrirse los ojos levemente debido al intenso resplandor del sol.

Erwin comenzó a caminar con __ en su espalda, está por su parte, abrazaba a Erwin con amor y con cariño y apoyó su mejilla sobre la gran espalda del rubio. Todo estaba saliendo extrañamente bien, Zeke ni siquiera les había dejado a alguien en la casa para vigilarles, un gran error por su parte.

—Pensé que sería de noche... ¿Qué hora crees que será?—

Erwin sonrió levemente y acarició los muslos de la joven con sus pulgares tratando de animarla un poco.

— Pues por el sol, tiene que ser bastante temprano.... sobre las 8 las 9 de la mañana—

Al rato, tuvieron que parar, a Erwin le dolía la espalda y todavía no habían llegado a ningún sitio. __ caminaba al lado del rubio en silencio tomándole la mano, iban a un ritmo lento, el calor del mediodía empezaba a pasarles factura, ambos iban ligeramente encorvados y al caminar arrastraban los pies con cansancio y pereza.

Un par de horas después divisaron un par de edificios en la distancia y no pudieron evitar el acelerar el paso con una ligera emoción contenida, deseaban llegar y encontrarse con un motel, aunque se conformaban con una cabina telefónica.

Tuvieron suerte, tenían ambas cosas a escasos metros, y por lo que divisaban en la lejanía, no estaban lejos de su ciudad natal. Entraron a la recepción del motel, no parecía muy amplia, un mostrador con varias llaves y un par de sillones apartados en los que __ se sentó mientras esperaba que Erwin hiciese los trámites necesarios.

El de ojos azules no tardó en hablar con la agradable anciana del mostrador, quien segundos después llamaba alarmada a la policía al reconocer en los jóvenes a las personas desaparecidas.

Prácticamente al minuto, ambulancias, furgonetas, y coches de policía llegaban a aquel lugar bajo las órdenes de Nile, quien guiando la caravana llamaba insistentemente a su pelirroja compañera, todas las llamadas saltaba el contestador.

__ estaba más desorientada todavía, todo el personal sanitario la rodeó enseguida y no paraban de preguntarle cosas que no lograba entender del todo, que si recordaba que le daban para comer, o si le habían drogado o cortado apéndices de su cuerpo, "lo normal de un secuestro" se decía a sí misma intentando no pensar en todo aquello que le preguntaban.

Erwin por su parte era un doble descubrimiento y, a parte del personal sanitario, era rodeado también por policías, preguntándole el por qué de su desaparición.

Todo bajo las órdenes de Nile, quien sin el temperamento de Katarina no era más que un pato mareado.

El de cabello azabache tomó el teléfono y por enésima vez llamó al móvil de la pelirroja, entendía el porqué de su resentimiento pero debería alarmarse si veía tantas llamadas.

Un tono

Otro

Nada, nadie respondía.

De nuevo.

Un tono

Otro

Otro

Otro

"El teléfono marcado no está disponible, deje un mensaje después de la señal"

Nike suspiró frustrado, empezaba a preocuparse por el estado de la pelirroja, no había pasado por comisaria aquella mañana así que seguramente estuviese en la escena del crimen.

Lo que el azabache no sabía es que Katarina ahora mismo se disputaba en una pelea que podría resultar en su muerte y desaparición del mapa, a manos del secuestrador que tanto buscaban.

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Pero weno, como io por aquí.
En fin que he vuelto brevemente después de mi retiro espiritual jsjsjs, confirmamos que Nile no es quien está apuntando a Katarina con el arma, entonces, quien sera? Mucho me temo que tendréis que esperar al próximo capítulo jsjsjsjs

Sayonara

@yarue_delapleve_xd

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