Capítulo 4

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El día siguiente transcurrió a una velocidad endiablada para Regina: las visitas se encadenaron mientras que los preparativos para el baile de la noche avanzaban gracias a la ayuda de Snow, David y Emma. Y cuanto más se aproximaba la hora, más febril y nerviosa parecía la bella rubia.

‒ Emma, ¿tienes los informes de la semana pasada sobre los jóvenes de la playa?

‒ ...

‒ ¿Emma?

‒ ...

‒ Hm, ¿te pone así de nerviosa la cercanía del baile o te importa poco lo que te digo?

‒ ¿Hm? ¿Qué?

‒ ¿Estás bien?

‒ Sí, yo...Lo siento

‒ ¿Estás inquieta por tu acompañante?‒ bromeó el joven

‒ Ja, ja, qué gracioso

‒ No es que tu elección no nos sorprenda, pero...

‒ Stop. Está bien, lo he pillado. Archie es un buen amigo, y no tenía la intención de aparecer sola

‒ Sabes que los pretendientes llaman a tu puerta

‒ Para, no soy un objeto de caza. Que esté soltera no quiere decir que esté libre.

‒ A propósito de eso...

‒ ¿Qué?

David se masajeó la nuca

‒ Es sabido que todo lo que pasa aquí, en Storybrooke quiero decir, se queda como oficioso

‒ Hm, hm, desembucha

‒ Los nacimientos, las adopciones, los decesos, los matrimonios...Todo eso no es oficial fuera de Storybrooke

‒ ¿A dónde quieres llegar?

David, entonces, suspiró, visiblemente contrariado, pero también avergonzado

‒ Los matrimonios...Así como los divorcios aquí no son oficiales

Emma inhaló

‒ Ah, ya veo...

‒ No es que yo me ate mucho a los principios, pero...

﹘ Sé que mi matrimonio con Killian no es...No era oficialmente legal aquí. Y que, por tanto, un divorcio tampoco sería oficial...

‒ ...Pero eso permitiría a la gente de aquí...

‒ ¿Qué? ¿Saber que estoy libre?‒ bromeó la bella rubia ‒ Jamás hablé de eso con Killian, porque no pensamos nunca que un día tendríamos que preocuparnos por la legitimidad de nuestro matrimonio pues, a ojos de todos, era...Lógico. Tampoco imaginábamos una separación, mucho menos tener que divorciarnos, aunque no fuera oficialmente.

‒ ¿Has tenido noticias recientemente?

‒ No desde hace semanas...Creo que tenía la idea de recorrer el globo en barco...No tengo la impresión de que a él le preocupe mucho el aspecto oficial o no de la separación. Imagino que está haciendo lo que hacen los marineros, ya sabes, una mujer en cada puerto...Probablemente olvide mencionarles a su mujer y a su hija.

‒ Lo siento

‒ ¿De verdad? Porque no recuerdo que hayas intentado frenar su partida...

‒ Emma...

‒ Escucha, lo sé, lo sé. Todo lo que contaba era mi felicidad. Era feliz con él, el tiempo que duró. Me ha dado una hija, finalmente he tenido la ocasión de amamantar, de ver crecer a mi bebé. No puedo negar que nos amamos, pero...

¿Y después?Where stories live. Discover now