Capítulo 12

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Jamás había estado más segura que en ese momento. Aterrizaron, en una nube violeta, en la habitación de Emma.

‒ Mierda, debí haber recogido...

Regina rió antes de recorrer con la mirada la habitación, de izquierda a derecha, para posarla al final en la cama. Se giró y le sonrió a Emma.

‒ ¿Esperas que comience sola?‒ dijo ella mientras se desabotonaba la blusa.

‒ Mierda...‒ murmuró Emma, cogida completamente por sorpresa. Ella quería hacerlo bien, quería impresionarla, pero todo lo que haría esa noche sería sufrir, o más bien, disfrutar. Probablemente tendría otros momentos para demostrarle lo que valía.

‒ ¿Emma?

La bella rubia salió de sus devaneos y posó su mirada en el escote de Regina. Sin reflexionar, tomó el relevo de la hermosa morena y desabotonó, despacio, su camisa. Regina, acariciándole el rostro, la invitaba a no tener miedo de intentar, de probar, de degustar...Alzó su rostro y la besó tiernamente.

‒ ¿Tienes miedo?

‒ No. Solo...Deseo que sea perfecto

Regina sonrió

‒ Lo será

‒ ¿Y si...?

‒ Lo será‒ confirmó Regina en un beso antes de agarrar a Emma por la cintura y arrastrarla hacia la cama, donde la hizo sentarse mientras que ella daba dos pasos hacia atrás.

‒ ¿Qué...Estás haciendo?

La bella morena no dijo nada, en vez de eso, comenzó a balancearse mientras abría el resto de los botones, desvelando un sujetador de encaje negro. A Emma se le cortó el aliento, sus ojos clavados en el generoso pecho de su compañera.

‒ Joder...

‒ Te toca...‒ murmuró ella

Con un movimiento menos grácil, ella se quitó el suéter y el top, y apenas había sacado la cabeza de la tela, cuando Regina saltó sobre ella, besándola hasta hacerla recostarse. Por reflejo, Emma posó sus manos en las caderas y deslizó sus labios desde su oreja a su hombro.

Pero Regina se incorporó y sonrió maliciosamente.

﹘ Huh, huh...‒ empujó ligeramente a Emma para que se acostara en la cama, después se puso sobre ella y se quitó de una vez la blusa, que cayó al suelo.

Los ojos de Emma se dirigieron a los firmes y redondos pechos de su compañera, cosa que divirtió a Regina. Esta última depositó un tierno beso en su frente para después enderezarse y pasar sus manos a la espalda y desabrocharse el sujetador.

El ritmo cardíaco de Emma se aceleró, hasta que estalló cuando el pecho de la bella morena apareció completamente desnudo. A menudo había soñado, en esos últimos tiempos, con ese cuerpo, esos pechos, esos labios sobre su piel, esas manos en su espalda. Estaba ansiosa y al mismo tiempo expectante. Humedeciendo los labios, ante la idea de poder degustar su piel, Emma sonrió.

‒ Eres magnífica

Regina sonrió dulcemente

‒ No espero menos de ti

‒ No estoy segura de poder competir...

‒ Deja de infra valorarte...‒ suspiró Regina mientras que su índice vagabundeaba por el contorno del pecho de Emma ‒ Voy a mostrarte hasta qué punto eres sublime...Déjalo de mi mano.

Distribuyó algunos besos por la frontera del sujetador de Emma antes de descender por su esternón y llegar al ombligo. Pudo notar cómo se aceleraba la respiración de la bella rubia. Volvió a su rostro y dejó que una de sus manos se paseara por sus muslos antes de posarla en su entrepierna donde ejerció una ligera presión, provocando un hipido de sorpresa en Emma.

¿Y después?Where stories live. Discover now