Capítulo 10

2.5K 227 95
                                    


Emma tuvo un despertar suave al día siguiente. Lo primero que sintió fue el labial de Regina sobre sus labios. El beso del día anterior le había traído dulces sueños, y llena de esperanza se levantó para afrontar ese día. Quedaba un día para la noche de Navidad, lo que quería decir un día para cerrar la lista de los regalos, acabar el menú o incluso ayudar en los últimos preparativos familiares.

Ese año otra vez Regina acogía a todo el mundo en su mansión. ¿Habría tenido tiempo de decorar la casa? Con el baile y todas las otras cosas. ¿Necesitaría que le echaran una mano antes de la llegada de Navidad? A lo mejor debía asegurarse de ello durante el día.

Cuando finalmente se levantó, Hope seguía profundamente dormida. Emma sonrió antes de descender y preparar un buen desayuno. Se contuvo para no llamar o mandar mensajes por miedo a parecer demasiado pegajosa. Cuando su hija se despertó y bajó aún con sus ojitos adormilados, la bella rubia la tomó en sus brazos.

‒ Cariño...¿No quieres dormir un poco más?

La pequeña, siempre malhumorada por las mañanas, sacudió la cabeza poniendo morritos. Se frotó los ojos antes de ver la montaña de tortitas aún humeantes delante de ella.

‒ Yo quiero...‒ balbuceó

‒ Claro, cariño

La sentó en su sillita alta y le sirvió dos tortitas que ella roció con sirope de chocolate.

‒ Hoy también vas con la abuela, ¿te acuerdas?

‒ ¿Por qué no puedo quedarme contigo?

‒ Porque yo voy a trabajar, tesoro

‒ ¿Por qué? Son las vacaciones...

‒ No para todo el mundo

‒ Oh...Yo quiero estar contigo

Emma lo habría adorado, pero también quería tener ese día en solitario para acabar sus compras de Navidad, sobre todo los últimos detalles para su hija.

‒ Entonces, ¿puedo ir con Regina?

‒ Ella también tiene trabajo, ya lo sabes. A ella le encantaría, pero...

‒ Oh...Ok...

‒ No te pongas así. La veremos mañana, ¿recuerdas?

‒ Sí...

‒ Bien. Tengo muchas cosas que hacer para mañana, así que vas a ir con la abuela, como estaba previsto, y nos vemos esta tarde.

‒ De acuerdo

Después, según lo convenido, dejó a Hope en casa de sus padres antes de marcharse a comisaría. Pero cuando bordeó Mifflin Street, dio media vuelta. No eran sino las nueve de la mañana, pero lo más seguro es que Regina ya estuviera en su despacho. Pero igualmente tentó su suerte y tocó, una vez, después dos...

Cuando ya se estaba dando media vuelta, la puerta se abrió.

‒ Hey, Ho...Oh....Lucy, ¿qué tal?

‒ Emma, bien, ¿y tú?

‒ Oh, euh...Yo...Me preguntaba si Regina estaba.

‒ Sí

‒ ¿Sí? Y yo que tenía miedo de que ya se hubiera marchado a trabajar.

‒ No, acaba de despertarse

‒ Oh, vale...Pasaré más tarde.

‒ No, no, entra. Ayer no te vimos mucho, así que...

‒ Ok, no quiero molestar...Es temprano.

Pero en su mente, Emma se estaba dando de bofetadas: se había olvidado totalmente que Henry, Ella y Lucy también estaban ahí. De repente se sintió incómoda, y mucho más cuando se halló a todo el mundo en la cocina, muy sorprendidos de verla ahí tan temprano.

¿Y después?Where stories live. Discover now