¿Y después?

Capítulo 7

Esto no funcionaría. No saldría bien. Solo daría mal resultado. No, definitivamente era una mala idea. Y sin embargo, estaba allí, delante de la joven.

‒ Perdón, pero...¿Qué?

‒ Ya, lo sé, es una mierda y...

‒ Me lo puede volver a decir...

Emma se mordió el labio inferior e inhaló

‒ Ok...Yo...Me preguntaba si estarías de acuerdo en...Fingir salir conmigo.

‒ Pero...¿Por qué?

‒ De hecho...Creo que es una mala idea, pero estoy atrapada y...

‒ ¿Regina?

‒ ...

‒ Entonces, para resumir: quieres ponerla celosa haciéndole creer que estamos juntas

‒ Eso eso, parece más sencillo dicho así, pero totalmente retorcido. Y comprendería que te negaras...

‒ Siendo sincera, es una buena idea, pero terriblemente arriesgada

‒ Lo sé. Tengo una posibilidad entre dos de que le importe un comino o incluso peor, que me felicite. Si eso sucede, pienso que me echaré a llorar, literalmente.

Mulan le sonrió

‒ ¿Sabes? Seguramente hay otra solución

‒ Na, no creo. Llevo pensando días y días...Está tan cerrada a la idea de encontrar a alguien y compartir la vida con ese alguien...Aunque me declarara delante de ella, haría por no comprender. No, mi padre tiene razón: debo ponerla entre la espada y la pared. Tengo que empujar sus defensas. Creo...Que tiene que darse cuenta.

‒ ¿Poniéndola celosa?

‒ Potencialmente. En el mejor de los casos, estará celosa

‒ ¿Sabes qué sería peor que eso?

‒ ¿Qué?

‒ Que se dé cuenta de que esto es completamente falso y que lo has montado para hacerle admitir sus sentimientos

‒ Ya...Al final quizás no sea una buena idea después de todo

‒ Pero...

‒Pero...Creo...Que noté algo. Quizás me estoy montando una película...A veces, cuando nos miramos, no sé, tengo la sensación de...Sentir algo.

‒ Quizás no estés equivocada. Quizás este subterfugio funcione después de todo

‒ Sí, esperemos

‒ Entonces...¿Qué debemos hacer?

‒ Hm...No puede pasar así de pronto...No puedo anunciarlo...Lo debe descubrir ella sola

‒ ¿Entonces?

‒ Entonces...Tengo una idea‒ sonrió Emma

Raras eran las ocasiones en que Regina tenía tiempo libre. Pero cuando eso sucedía, disfrutaba cada minuto. Generalmente, intentaba refugiarse en un lugar aislado de todos. Hoy, una vez más, con la cabeza alzada hacia el viento, disfrutaba del frescor invernal. Con un libro en la mano, hojeaba despreocupadamente la obra antes de escuchar risas a lo lejos. Alzó la mirada y vio a un grupo de adolescentes reír y saltar alegremente, intentando evitar las heladas olas. Entonces sonrió, pensando en su hijo y en Lucy...Su corazón se encogió dulcemente ante ese apunte nostálgico. Volvió a hundirse en su lectura y solo cuando la penumbra dificultó la lectura, decidió volver a casa.

Pero en el momento en que se dirigió a su coche, su mirada fue captada por un bulto amarillo chillón que conocía demasiado bien. Sin realmente darse cuenta, entró rápidamente en el coche y se quedó mirando a la rubia que estaba apoyada en su escarabajo en compañía de una joven mujer de largos cabellos marrones. Entrecerró los ojos, intentando distinguir la silueta, pero no lo logró.