Capítulo 13

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Emma...¿No habrás visto mi blusa?‒ preguntó Regina mientras volvía a la habitación de Emma

‒ Hm...Nop...‒ soltó la bella rubia desde el cuarto de baño ‒ ¿Cómo es?

Regina suspiró, cansada de tener que estar luchando siempre con los problemas de orden de su compañera. Hacía casi una semana que Regina iba casi todos los días, y Emma no se quejaba.

‒ Es burdeos con botones en...

‒ Oh, ni idea...‒ Regina se giró hacia Emma y sonrió: la bella rubia estaba en bragas, llevando la susodicha blusa ‒ Na, ni idea...‒

‒ ¿Ah, en serio?‒ Regina se acercó y agarró los laterales de la blusa y atrajo a Emma hacia ella ‒ Sin embargo, juraría que se parece mucho a la que llevas puesta.

‒ ¿Ah, sí? ¡Qué coincidencia!

‒ Pues sí, parece que sí...¿Me la devuelves, por favor?

‒ Ven a buscarla...‒ susurró Emma retrocediendo

‒ Emma, voy a llegar tarde, y tú también de paso

‒ Ohhh, ¿crees que mi jefa puede despedirme por eso?

Regina la miró de arriba abajo

‒ Eres una niña...

‒ ¿Ah, sí? ¿Incluso después de lo que te hice ayer? En cambio, tu marca de dientes en mi hombro prueba lo contrario

Tras esas palabras, Regina posó su mano en el hombro y rozó la marca ligeramente enrojecida de sus dientes.

‒ Una vez más, lo siento...

‒ Ah, bah, que eres carnívora, eres carnívora, no hay problema‒ bromeó Emma ‒ A mí no me molesta, pero...¿Podrás descargar tus ardores sobre mi piel en sitios menos visibles?

‒ Prometido. Ahora, ¿puede darme mi blusa?

‒ No eres divertida‒ dijo quitándose la prenda. Dejó a la vista entonces su vientre y su pecho cubierto de un sujetador de encaje rojo vivo.

‒ ¿Vas a llevar eso?

‒ Bah, ¿por qué?

‒ Es...Rojo...

‒ Sí, ¿y?

‒ Es vistoso...

‒ Me queda bien, y tengo la intención de ponerme algo por encima‒ bromeó una vez más Emma pasando por su lado para coger una camiseta negra ‒ ¿Ves? No se nota nada‒ Pero al ver la expresión contrariada de Regina, rió ‒ Espera...¿Estás celosa?

‒ ¿Celosa? ¿De qué?'

﹘ Bah, no sé. Dímelo tú...Ves que llevo un sostén rojo y eso te contraria. Nadie lo verá, ¿sabes? Y no tengo la intención de enseñarselo a nadie a no ser a ti‒ Se acercó despacio ‒ Pero si tanto te molesta...No tienes sino que quitármelo y...cambiarlo por otro. O mejor, podría no ponerme nada, ya sabes...‒ le susurró al oído ‒ Mis pezones rozando la tela...

‒ Para. Eres infantil

‒ Y tú, tú estás celosa‒ canturreó antes de alejarse. Antes de salir de la habitación, se giró ‒ Lo encuentro adorable‒ Después cerró la puerta tras ella, dejando a Regina sola, poniendo los ojos en blanco.

Ella se puso entonces su blusa y bajó a su vez para encontrar a Emma y Hope en la cocina, esta última jugando con sus cereales. Al pasar delante de la pequeña, Regina le dio un beso en la cabeza, un gesto que Emma adoraba ver entre su compañera y su hija.

¿Y después?Where stories live. Discover now