Capítulo 15. Alianza con Killer Frost

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Barry

Si cerraba los ojos y me concentraba, podía imaginar que era Caitlin y no Cisco quien tecleaba frente a la computadora que tenía detrás mío. Habían pasado unas doce horas desde que Zoom había llegado a los Laboratorios y Caitlin se había ido. Joe y Iris me aseguraban que estaba bien y que íbamos a pensar en algo pronto para rescatarla.

Estábamos todos en la Córtex. Cisco estaba buscando señales de frío o de velocidad, Joe había salido al pasillo por una llamada, Iris me observaba y el doctor Wells observaba una de las pantallas de el lugar. En el ambiente se palpaba un sentimiento de preocupación por todos, pero por mi parte era culpa. Sabía que Caitlin era así, que arriesgaría su vida por cualquier persona que estuviésemos en esa sala.

Altruismo. Eso era algo que tenía Caitlin. Podía dejar de pensar en ella para sacrificarse por los demás, no le importaba quien fuera, si era un amigo o incluso un desconocido. Admiraba eso de ella.

Pero en estos momentos, el altruismo no servía de nada. Pienso que Caitlin creía que si ella se prestaba como distracción nosotros podríamos pensar algo más rápido; más de una vez había insinuado que no era buena para dar ideas. Pero, mientras no pensáramos en algo, la vida de Caitlin estaba en riesgo.

Seguía perdido en mis pensamientos que casi no me enteré que había llegado alguien a la Córtex. Por lo que había pasado con Zoom, erguí la espalda de inmediato esperando cualquier ataque. Pero tan sólo vi aquellos ojos azules que me transmitieron paz. 

Corrí hasta Paty y la envolví en mis brazos. Estoy seguro de que no sabía que pasaba, pero, aún así me dio el abrazo que tanto necesitaba. Sabía que ella era la indicada. Ella era la que estaba para mi siempre. Mi vida era una tormenta, pero ella era el centro. Donde podía estar a salvo y tomarme un descanso.

—¿Barry?— Se separó de mi —. ¿Qué sucedió?

—Zoom. Él se llevó a Caitlin, quiere mi velocidad y se la llevó a ella, si no se la entregó la matará.

—Oh, Barry

Volvió a abrazarme.

—Allen lamento interrumpir este momento... romántico, o lo que sea— Dijo Wells—. Pero si no hacemos algo Snow morirá.

Teníamos que hacer algo. Era mi velocidad o la vida de Caitlin. ¿Era egoísta y conservaría mi velocidad o sería lo suficientemente valiente para seguir sin mi velocidad?

Todas las miradas se posaron en mi, esperando.

De pronto, la idea surgió en mi cabeza. Pero ¿Funcionaría? Sopesé mis opciones, había una gran probabilidad de que saliera bien pero había otra que podría salir mal. Suspiré. No se pierde nada intentando. Intentar es mejor que quedarse sentado de brazos cruzados.

—Creo que tengo una idea.

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Caitlin

Me pasé las manos por mis adoloridas muñecas. Hunter había confiado lo suficiente en mi como para quitarme las meta-esposas. Me levanté y miré a mi alrededor temiendo que en cualquier momento apareciera de nuevo Hunter.

 No identifiqué el lugar en el que estábamos. Podría haber sido antes un almacén pero dudo que alguien guarde mercancías a treinta metros encima del suelo. 

Me paseé por el lugar decidida a encontrara un lugar por el que pudiese escapar. Detrás de donde había despertado había una estantería con cacharros que se veían viejos, sabía que ahí estaba por donde entraba y salía Hunter ya que se sentía una leve corriente de aire helado y entraba un poco de luz cuando era de día.

Me levanté para dirigirme ahí y supe porque a Hunter no le había preocupado dejarme esposada: la caída era inmensa. Además de eso había un río que rodeaba lo que fuese en lo que estaba. Me volví para tomar algo de la estantería y arrojarlo para ver si había manera de lanzarme y sobrevivir.

Me encontré con un engrane pesado, del tamaño de mi mano. Lo arrojé y, tal y como pensaba, lo perdí de vista al caer.

Resoplé, frustrada, y volví a adentrarme a la oscuridad de ese lugar. 

En cuanto me vio, el hombre de la máscara comenzó a tocar el cristal, sabía que quería decirme algo pero qué?

—No te entiendo, lo siento

—Si estuviera fuera de esta cosa ya lo hubiera congelado

Cuando escuché esa voz tan familiar detrás de mí, sentí que un escalofrío me recorrió la espalda. En cuanto me volteé me encontré con esos ojos grises oscuro, ese cabello blanco, igual que la nieve que caía la primera vez que besé a Hunter. Pero ella tenía un traje azul oscuro con un copo de nieve en el frente.

No pude articular palabra.

—Por fin conozco a la persona por la que estoy aquí—. Dijo con una sonrisa.

¿Por mi? No, no lo entendía.

—¿Qué quieres decir?

—Zoom— Dijo como si fuera lo más obvio—Sólo estoy aquí porque tengo tu cara

Ladeé la cabeza.

—¿Por qué escondes a las pequeñas?— Dijo mirándome el pecho

Me crucé de brazos sobre el pecho y fruncí el ceño.

—¿Qué quieres decir? 

—Que definitivamente necesitas consejos sobre moda

—¿Qué quieres decir con que estás aquí por mi?— Dije desesperándome

—Ah, ya sabes. Zoom me habló de ti y me dijo que mientras te traía hasta aquí yo me quedaría, así que ya voy a poder irme pero tú vas a ayudarme a hacerlo más rápido

Parecía una mala idea. Una muy mala idea. ¿Cómo sabía que no me mataría en cuanto saliera de ahí?

—¿Cómo se que no me matarás en cuanto salga?

—Matarte implicaría tener a Zoom persiguiéndome hasta que se asegurara que estoy muerta, así que no sería muy inteligente de mi parte. Además, no perdería mi tiempo haciendo eso, tengo cosas más importantes que hacer.

No le creía del todo, al menos no lo último. Pero decidí que tomaría el riesgo.

Miré a mi alrededor buscando algo que pudiera funcionar para sacarla, y al posar mi mirada hacia mi derecha se me ocurrió algo

—Tengo una idea.

Killer Frost sonrió, satisfecha. Me había metido directo al estómago del lobo sin antes pasar por la boca. Esperaba que el riesgo valiera la pena y que Killer Frost me tuviera tan siquiera un poco de piedad hacia mi, pero si Frost se ponía en mi contra, no habría nada que pudiera hacer para evitarlo.


El otro lado de Caity Snow    [EDITANDO]Where stories live. Discover now