Tierra firme

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Caspian les ofreció su ropa ya que la de ellos —como era de esperar— estaba mojada. A Lucy le sentó muy bien el utilizar ropa holgada, pero Lilian se sentía algo incómoda usando esa ropa y más porque el dueño de esa ropa era Caspian.

- ¿Chicas están listan? - las jóvenes asintieron y se acercaron a sus amigos, después Caspian los condujo a una habitación.

- ¡Aslan! - exclamó la pequeña reina en cuanto notó un tallado en oro con la cara del felino.

- El arco de Susan - Lilian admiró el arma.

El rey se acercó a unas repisas con puertas de vidrio y sacó los utensilios de su pequeña amiga.

- Lucy - la llamó.

- Mi posición curativa y mi daga - se acercó pero se detuvo antes de tocar los objetos - ¿Puedo?

- Claro, son tuyos - el castaño le extendió las cosas a la chica y ella las tomó con singular alegría.

- La espada de Peter - se sorprendió Edmund y Caspian se acercó para tendersela - no, Peter te la dio a ti, es tuya.

- Bueno - guardó la espada - pero si guardé esto - le aventó un objeto plateado.

- Mi linterna - la contempló unos segundos, pues pensó que la había perdido - gracias.

El capitán Drinian, llegó con varios mapas y Caspian les mostró todo lo que había hecho en esos tres años.

- Hay paz a lo largo y ancho de toda Narnia - aseguró.

- ¿Paz? - cuestionó Edmund - ¿En solo tres años?

- Y... - Lucy pensó sus palabras mientras pellizcaba a su amiga bajo la mesa - ¿Haz encontrado a una reina en estos tres años?

El rey pensaba contestar, pero el capitán se le adelantó.

- No lo ha hecho - aseguró y Caspian sintió unas enormes ganas de matarlo - pero su corte exige un heredero, así que este viaje también es una búsqueda de una reina digna para él.

- Gracias Drinian, pero yo también puedo explicar las cosas - habló entre dientes el rey - aunque es cierto, quieren que consiga a alguien para casarme.

- ¿Y que te lo impide amigo? - cuestionó Edmund.

- Bueno, nadie se compara con su hermana - confesó.

Lilian sintió como su corazón se contraía, sabía que Caspian amaba a su amiga, pero se sentía triste de que el pequeño rayo de esperanza se colapsara. El castaño explicó el porque de su viaje, Lily no puso completa atención en la conversación, por lo que solo entendió que había unas personas a las cuales buscar, pero no escuchó quienes eran, en cuanto terminaron las explicaciones salió a la cubierta en busca de aire para relajarse.

- Li - su amiga se acercó - iré con Eustace ¿quieres venir?

- Si, ¿Por qué no? - ambas bajaron, al llegar a un cuarto lleno de hamacas un fauno les indico donde estaba el niño

- Espero esto funcione - habló la reina mientras abría su posición - creo que con dos gotas tendrá suficiente.

Dejó caer el líquido en la boca del pálido muchacho, esperaron unos segundos y el color comenzó a regresar a sus mejillas, las chicas sonrieron y regresaron a cubierta donde se escuchaba el chocar de unas espadas. Al acercarse a una bola de marineros se dieron cuenta de que Edmund y Caspian estaban en un pequeño duelo, ambos eran buenos y cada rey esquivaba a su oponente con facilidad, después de otros minutos ambos terminaron el duelo con su espada en el cuello del oponente.

Narnia: el viajero del Alba (2/2)Where stories live. Discover now