Coriakin

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El día había llegado, el sol se reflejaba en el mar y alcanzaba las copas de los árboles; la tripulación del viajero del Alba dormía tan profundamente que no se dieron cuenta de que unas extrañas pisadas aparecieron en la arena y susurraban entre ellas mientras veían a todos dormir.

- Trajeron un cerdito - comentó una criatura mientras veía a Eustace.

- ¡Miren!, esta de aquí es mujer - dijo uno llamando la atención de todos, las criaturas se acercaron a ver a Lilian.

- Esta también - ahora miraban a Lucy.

- Pero esta parece que sabe leer - una criatura ojeo el libro de Lucy que estaba a un lado de Lilian.

- Hay que llevárnosla - ordenó el jefe de las criaturas.

Tomaron a Lilian ocasionando que despertara por el movimiento tan brusco, trató de gritar pero taparon su boca, consiguió patear la pierna de Lucy quien despertó de inmediato, cuando pensaba avisar a la tripulación otra criatura la tomó por la espalda  tapó su boca para llevársela junto con ellos. Cuando llegaron a un claro en medio del bosque las soltaron, Lucy sacó su daga pero se la arrebataron de inmediato, Lilian sacó su espada, trató de atacar a alguna criatura, pero con un golpe le quitaron el arma.

- ¿Qué son y que quieren de nosotras? - cuestionó la reina mientras miraba en todas direcciones.

- Somos grandes y horribles criaturas - contestó uno.

- ¿Qué quieren de nosotras? . preguntó Li.

- Ustedes harán lo que digamos - habló el jefe.

- ¿O qué? - los retó Lucy.

- Morirán.

- Pero no les serviríamos muertas.

- Entonces... ella morirá - la daga fue a parar al cuello de Lucy.

- ¡No! - Lilian trato de acercarse pero la empujaron - ¿Qué quieren que haga?

Ambas chicas se veían en busca de una solución, Lucy hubiera podido dar algún golpe a la criatura y recuperar su daga, pero no sabía a lo que se enfrentaba y sabía que podría ser peligroso.

- Debes de entrar a la mansión y buscar el libro de encantamientos, recita el hechizo que hace visible lo invisible. 

- ¿Qué mansión? - preguntó Lucy y unas puertas se abrieron de la nada - Oh, esa mansión.

Lilian no cuestionó nada y solo entró a la gran estructura, caminó por los grandes pasillos, miró varias puertas, pero por alguna razón algo le decía que no entrara y siguiera adelante, así que continuó su camino hasta llegar a un gran salón lleno de libros y constelaciones en el techo, en el centro había un libro que supuso era el de los hechizos, trató de abrirlo pero no lo conseguía, miro que por en sima del libro había un hombrecillo como un ángel tallado en el atril de madera, la figurilla le indicó que soplara y ella obedeció, entonces consiguió abrir el libro. Miró cada página y cada hechizo, en un momento un cierto hechizo llamó su atención, era un hechizo de belleza, repitió las palabras con mucho cuidado, al hacerlo notó que la imagen del libro cambiaba y notó como el rostro de Susan aparecía.

- Susan ¿Qué haces... - entonces se dio cuenta de que no era la reina, sino que su propio reflejo - imposible - se miró con asombro - soy bellísima. 

De inmediato corrió a un mueble con un vidrio donde podía ver su reflejo, pero se dio cuenta de que seguía siendo ella, regresó al libro y la imagen de Susan se desvaneció.

- ¡Espera! - trato de detener el cambio de la imagen, pero no lo consiguió, respiró hondo y arrancó la hoja, al hacerlo el libró comenzó a pasar las hojas muy rápido, ella detuvo el movimiento y escuchó un rugido - ¿Aslan?

No recibió respuesta y se apresuró a guardar la hoja bajo su blusa, buscó el hechizo y comenzó a recitarlo.

* * *

Caspian se despertó y notó las pisadas en la arena, de inmediato alarmó a todos sus hombres.

- ¿Dónde están las chicas? - preguntó Edmund - ¡Lucy!¡Lilian! - miró a los marineros - busquen a la reina y a la princesa.

Todos comenzaron a correr siguiendo las huellas, llegaron al lugar donde se encontraba Lucy.

- Lu - habló Es mientras se acercaba.

- ¡Cuidado! - trató de advertirlo la menor, pero para cuando lo hizo su hermano ya había sido golpeado por una de las criaturas.

- No te acerques o morirá - la daga apuntó a la reina.

- ¿Te atreves a conspirar contra la vida de una reina? - cuestionó Caspian.

- ¿Reina?

La confusión en las criaturas fue la oportunidad perfecta para que los marineros y reyes consiguieran acercarse a Lucy, comenzaron a tratar de luchar, pero mientras lo hacían comenzaron a ver a las extrañas criaturas, no eran tan aterradoras como habían pensado, eran como enanos, con al excepción de que tenían un solo pie y este era gigante, estaban unos encima de otros, al darse cuenta de que ya no eran invisibles se desequilibraron y el jefe de ellos cayó frente a el rey telmarino.

- ¿Dónde está la otra chica? - lo amenazó mientras ponía su espada en el cuello del jefe.

- Está dentro de la mansión.

- ¿Qué mansión? - preguntó Ed y justamente la gran estructura comenzó a aparecer - oh, esa mansión.

Las grandes puertas se abrieron y dejaron ver a la princesa acompañada de un hombre barbudo.

- ¡Ya estoy cansado de que me dejen atrás! - reclamó Eustace mientras llegaba con todos, al mirada a las criaturas se quedó horrorizado - este mundo se vuelve más loco con cada segundo que pasa.

- Majestades - habló Lilian - él es Coriakin y esta es su isla.

Todos realizaron una reverencia de cabeza ante el hombre.

- No es su isla, él es un opresor - reclamó una criatura.

- Yo solo trato de protegerlos.

- ¡Eso es opresión! - el hombre les aventó un puño de pelusas y las criaturas salieron atemorizadas.

- ¿Qué son esas cosas? - el rubio cuestionó al hombre.

- Dufflepuds - respondió Coriakin con naturalidad.

- Claro, ¿Cómo es que no se me ocurrió antes? - Eustace se acercó a sus primos.

- Por favor, reyes y princesa, acompañen a su siervo - comenzó a caminar y ellos le siguieron.

Llegaron a una sala gigante, el hombre tomó un mapa gigante y lo extendió sobre el piso, era un mapa mágico, en él se podía ver la historia de Narnia.

- Es hermoso - el menor se asombró y todos lo miraron con extrañeza - para ser parte de un mundo imaginario.

- ¿De dónde viene la niebla? - cuestionó Lucy.

- De la isla negra - el mapa se movió y mostro una gran isla - está hecha de maldad y venganza, si no la detenemos pronto no habrá más paz en Narnia.

- ¿Qué debemos hacer? - preguntó el rey de antaño.

- La espada que llevas - Coriakin señaló la espada que les había dado el lord de Telmar -  hay otras seis iguales a esa.

- ¿Dónde las encontramos?

- Deben seguir el camino de ellos - movió nuevamente el mapa - la isla de Ramandu, llegaran con ayuda de la estrella azul - ellos asintieron - pero deben de saber algo, solo almas puras podrán resistir el viaje sin ninguna prueba - miró a Lucy por el rabillo del ojo - los demás se enfrentaran a pruebas, sus mayores miedos, ambiciones o inseguridades.

 - ¿Cómo las venceremos? - habló la princesa.

- Eso depende de su fe, alteza.


Daniela M.

Narnia: el viajero del Alba (2/2)Where stories live. Discover now