Atisbo azul

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Lucy abrió los ojos lentamente y observó el cielo, se fijó en una luz brillante de color azul, entonces se levantó y achinó los ojos para distinguir bien lo que estaba en el cielo.

- ¡Despierten! - ordenó la reina mientras levantaba a corría a levantar a los reyes - ¡La estrella azul apareció!

Todos se levantaron casi de inmediato, era impresionante el que estuvieran cada vez más cerca de su destino, pero entonces entre todas las voces de asombro Reepicheep notó que faltaba alguien, la princesa seguía acostada, se acercó a despertarla pero notó que su compañera estaba totalmente pálida y no reaccionaba.

- ¡Majestades! - el soldado habló lo más fuerte que pudo.

Todos lo miraron y en cuanto lo hicieron también notaron el estado de la princesa, se acercaron de inmediato y la reina buscó su pulso.

- Sigue viva - la noticia alivió a todos - pero creo que está inconsciente, su pulso es muy ligero.

- Necesitamos volver al barco - Caspian se acercó y la tomó entre sus brazos para llevarla a los botes - vamos no podemos perder más tiempo.

Fueron a los botes y comenzaron a remar hacia el barco, en cuanto llegaron el telmarino llevó a su amiga a su camarote, la recostó en la cama con toda la delicadeza que pudo y se quedó a su lado hasta que llegó Lucy con su posición curativa.

- ¿Estará bien? - Ed cuestionó a la valiente - ¿Lu?

- No sé - dejó caer una gota de la flor de fuego - tal vez esto ayude, pero no puedo dar un diagnóstico.

Drinian entró acompañado de un marinero que tenía conocimientos en la medicina, todos se apartaron para que el la revisara, pero no consiguió descifrar que tenía Lilian.

- ¿Qué deberíamos hacer? - Lucy miró a sus amigos - ¿Qué pasará si no despierta?

- Lo hará - aseguró Caspian - tiene que hacerlo.

Pasó una hora, después tres, luego cinco y cuando menos se lo esperaron ya había anochecido, Lilian seguía inconsciente aunque su color no era tan pálido como en la mañana. Edmund ingresó a la habitación y se topó con que el castaño se había dormido sentado en el suelo, se acercó y lo movió ligeramente.

- Cas - susurró el azabache - Caspian despierta.

- Li... - fue lo primero que emitieron los labios del rey - Lilian.

- Shh - lo calló el justo - ella aún no despierta.

- ¿Cuánto tiempo ha pasado? - pasó sus manos por la cara para tratar de despertar.

- Bueno, ya es de noche - sonrió de lado el menor - creo que es mejor que descanses...

- No, estoy bien - se levantó del piso - solo necesito comer algo y estaré mejor.

- Caspian, has estado aquí todo el día - la voz de Lucy inundó el lugar, ella estaba recargada en el umbral de la puerta - descansa, nosotros nos encargamos y por la mañana podrás regresar.

- Ya les dije que estoy bien, me quedaré en este lugar hasta que ella despierte.

- Bueno entonces al menos acuéstate en la cama o te romperás la espalda - bufó el rey de antaño - la cama es lo suficientemente grande como para ambos.

- No creo que sea correcto.

- No harán nada malo - habló la reina - así tú descansarás y ella no estará tan sola en la noche.

Ambos hermanos convencieron a su amigo que tuvo que ceder ante su hostigamiento, se acostó junto a su amiga que estaba tan inmóvil como un muerto, se quedó ahí, hasta que el sueño comenzó a llegar, antes de dormir abrazó a la princesa por la cintura y la pegó a su cuerpo, no sabía el porque lo había hecho pero se sentía bien con eso, entonces consiguió dormir.

Narnia: el viajero del Alba (2/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora