Ultimo Adios

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A los segundos de estar en completa oscuridad comenzaron a aparecer ligeros rayos de luz que se hacían más grandes conforme pasaban los minutos, tardaron en darse cuenta que ya habían conseguido derrotar el mal, pero en cuanto se dieron cuanta comenzaron los gritos de alegría y los abrazos en todo el barco, a lo lejos consiguieron ver una isla con miles de personas, eran las personas que fueron sacrificadas en la bruma, todos se encontraban sanos y salvos.

El rey de antaño bajó y comenzó a festejar con su pueblo, después consiguió acercarse a Caspian, ambos se abrazaron demostrando su alivio al poder ganar, Lucy llegó después con Lilian apoyada en su brazo, la princesa se seguía viendo cansada, aunque preferían eso a que estuviera inconsciente.

- Ganamos - sonrío la casi rubia - y conseguimos salvar a Lili.

Su hermano se disponía a responder cuando una voz proveniente del mar los asustó.

- ¡Aquí abajo! - todos se acercaron a la borda y contemplaron a un niño algo fatigado pero feliz -¡Soy un niño nuevamente!

- ¡Eustace! - Reep soltó hacia el mar para ver al chico - que alegría verte de nuevo, parece que te han cortado las alas.

- Cas, ¿Qué es ese lugar? - Edmund señaló al frente y todos quedaron asombrados.

A lo lejos estaba un lugar lleno de flores blancas, de inmediato entendieron lo que significa.

- Llegamos al final del mundo - susurró el telmarino - ¡Drinian!

- ¿Sucede algo majestades?

- Prepara un bote, nosotros seguiremos, guía el barco hacia las personas.

- Cómo ordene mi señor - el hombre realizó una reverencia y se alejó para preparar las cosas.

Los reyes, la princesa, el niño y el más noble caballero se adentraron entre el mar recubierto de flores, tenían un aspecto de lirios, pero a la vez eran totalmente diferentes a los lirios que conocemos. Mientras los reyes remaban Lucy cuestionaba a Eustace para saber hasta el más mínimo detalle de lo que había sucedió mientras ellos peleaban en la isla negra.

- Me encontraba en una isla, fue entonces cuando al abrir mis ojos noté como un gran felino se acercaba, sin duda fue Aslan, comenzó a enterrar sus garras en la arena mientras hacía pequeños rasguños, de inmediato sentí cómo mi piel de dragón se separaba de mí, fue muy doloroso, pero era un dolor bueno, es como cuando te sacas una espina, al inicio duele, aunque después te sientes mejor - sonrió al recordar lo que le había sucedido - estuvo bien, creo que fui mejor dragón que niño.

- Cómo siempre dice Reep - comentó la princesa con un voz muy débil - "Las cosas extraordinarias solo les ocurren a las personas extraordinarias"

- Y tiene mucha razón en sus palabras - aseguró la reina mientras con una mano sujetaba a su amiga y con la otra a su primo - por eso ustedes tienen las pruebas más grandes.

- Majestades - todos miraron al ratón - hemos llegado.

Frente a ellos estaba un "muro" de agua, había un poco de arena cosa que les impedía seguir avanzando en bote, los reyes de antaño, el niño y el caballero bajaron apresuradamente para poder contemplar mejor lo que se encontraban ante ellos, mientras que Caspian tomaba en brazos a Lilian ya que la princesa volvía a debilitarse y no podía caminar.

Comenzaron a acercarse a las grandes olas, fue entonces cuando detrás de ellos apareció alguien más, Eustace fue el primero en notar su presencia y llamó la atención de los demás al mencionar el nombre de este individuo.

- Aslan - todos se giraron - estás aquí - el pequeño corrió y lo abrazó.

Posiblemente si Eustace hubiera estado más tiempo en Narnia y se hubiera acostumbrado a las tradiciones hubiera realizado una reverencia como sus demás acompañantes, pero era la inocencia en su interior lo que le permitía acercarse sin ningún problema al emperador supremo.

Narnia: el viajero del Alba (2/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora