Lilian

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Después de su charla con Coriakin todos subieron a los botes y se marcharon de esa isla, marcaron el rumbo según lo que les había dicho el hombre, navegaron un día con paz, pero luego todo cambió cuando las tormentas caían sin descanso y cuando las provisiones empezaron a escasear.

- ¡Rápido señoritas, trabajen más rápido! - el capitán Drinian daba ordenes con mucho esfuerzo.

Estaban tratando de guardar la vela, pues los fuertes vientos los estaban desviando del camino correcto; cuando el capitán miró a las personas y criaturas que estaban ayudando a jalar las cuerdas se topó con la princesa, negó con la cabeza, pero no dijo nada, Caspian le había prohibido a las chicas que estuvieran en cubierta o en cualquier otro sitio haciendo algún trabajo.

- ¡Con fuerza! - ordenó el capitán, cuando consiguieron cerrar la vela sonrió con satisfacción - ¡Ahora vayan a los remos!

Todos se retiraron para ir a la parte de abajo, pero cuando Lilian pasó junto a Drinian la detuvo y negó con la cabeza.

- Si su majestad se entera de que está haciendo trabajos pesados se enfadará mucho.

Ambos bajaron por unas escaleras para poder hablar mejor.

- No me interesa lo que diga Caspian - la princesa se cruzó de brazos - no puedo quedarme en mi camarote sin hacer nada.

- Es riesgoso que este afuera con estas tormentas.

- Aprecio tu preocupación Drinian - aseguró la muchacha - pero como princesa debo de ayudar a mi pueblo.

- Podría ayudarnos de alguna otra manera, una en la que no corra tanto riesgos.

- Capitán - la voz de Edmund sobresaltó a la pelinegra - Caspian quiere que vaya al cuarto de mando...- observó las gotas en el cabello de su amiga y su ropa mojada - ¿Estuviste afuera otra vez?

- Ed, no es propio de una princesa o de un rey estar encerrados mientras nuestros marineros arriesgan sus vidas realizando sus tareas diarias.

- ¿Podrías acatar las órdenes una sola vez?  - el rey la tomó del brazo y la condujo por los pasillos del barco - no estás bien y lo sabes, sé que eres terca, pero siempre tienes tu lado sensato.

- ¿Qué quieres decir?

- No sé - se detuvo de golpe y la observó directamente a los ojos - algo te está pasando y no tengo la menor idea de que es, ¡Por Aslan! esto me va a volver loco.

- Edmund, no tengo nada - tomó a su amigo por los hombros y lo sacudió ligeramente - estoy completamente bien.

Entonces el rey sintió como su amiga lo apretaba con más fuerza, ella comenzó a tambalearse ligeramente, el azabache pensó que Lilian se desmayaría, pero al contrarío ella lo observo nuevamente, aunque el rey notó algo raro en su mirada, odio, era algo que jamás había visto en su amiga.

- ¿Li? - ella lo empujó provocando que chocará con la pared del barco - ¿Qué rayos te pasa?

La joven se abalanzó sobre su amigo, por suerte él se quitó justo a tiempo y comenzó a correr, no sabía que le pasaba a su amiga pero no se detendría a preguntárselo de nuevo, terminó por llegar a la sala de mando donde se encontraba Lucy, Caspian y el capitán, todos se asustaron por la entrada tan repentina de Ed y más por la expresión de su rostro.

- ¿Qué sucede Edmund? - la reina se puso de pie y cuando se acercaba a su hermano notó por el rabillo del ojo como Lilian se acercaba con un cuchillo en mano - ¡Cuidado!

Empujó a el rey de antaño y la estocada de Li pasó por en medio de ambos, el castaño se levantó y Drinian sacó su espada.

- ¿Qué significa esto? - cuestionó Caspian, pero la pelinegra lo ignoró y trato de atacar a Lu hasta que se escuchó un golpe.

Narnia: el viajero del Alba (2/2)Where stories live. Discover now