El dragón

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Eustace estaba viendo como los marineros subían la escasa comida a los botes, comenzó a alejarse hasta perderlos de vista, quería recorrer la isla por su cuenta, mientras caminaba se quejaba de sus compañeros y de las instrucciones de Coriakin, en cierto momento sintió como una luz lastimaba sus ojos, miró a su derecha y se topó con una zanja repleta de objetos dorados.

- ¿Qué es... - no formuló toda su pregunta pues pisó mal y cayó hasta el fondo de "pasillo", al levantar la vista notó todo el oro delante de él - debo de estar muerto - susurró y en menos de un segundo ya se encontraba recogiendo todo el botín que podía, llegó hasta un brazalete y cuando trato de agarrarlo se topó con un esqueleto - ¡Agh! Tú sin duda estás muerto, ¿Ya no lo ocuparás verdad?

El rubio tomó el brazalete y se lo colocó para seguir recogiendo el oro, lamentablemente no se dio cuenta de lo que acababa de hacer y el cuanto lo afectaría.

* * *

Los reyes y princesa ya habían llegado a los botes, estaban a punto de abordar cundo Lilian notó que faltaba alguien.

- ¿Dónde está Eustace?

- Me parece que no está ayudando a subir las últimas canastas - comentó Reepicheep.

- ¡Eustace! - gritó la reina - ¡Eustace!

- ¿Dónde se metió? - la azabache miró a Ed en busca de alguna idea.

- Iré a buscarlo - anunció el rey de antaño.

- Voy contigo - el telmarino dio la instrucción de que los demás regresarán al barco.

Comenzaron haciendo el mismos recorrido que el niño había hecho, no tardaron en encontrar el mismo tesoro que el primo de los reyes, Edmund notó que había una ropa muy parecida a la de su primo en aquel lugar por lo que sin previo aviso saltó dentro de la zanja.

Ambos jóvenes se acercaron al las prendas quemadas, el azabache cayó de rodillas al ver la ropa de su primo y su pequeña libreta donde escribía cuanto lo odiaba.

- Eustace - susurró con tristeza.

- Lo siento Ed - el castaño palmeó el hombro de su amigo.

- Era solo un niño Caspian, yo tenía que haberlo cuidado.

- Parece que no fue el único - Caspian miró el esqueleto que estaba a tan solo dos metros de los - su anillo, es otro de los lores, ahora solo debemos de encontrar su...

Edmund alzó la espada de aquel hombre, su amigo sonrió de lado y tomó la espada mientras caminaban de regreso a los botes.

Lilian y Lucy ya estaban abordo, Li observaba la isla esperando ver a los reyes abordar junto con su pequeño amigo.

- No se preocupe alteza, de seguro encontrarán al primo de los reyes - el capitán trato de tranquilizar a la azabache.

- Eso espero Drinian - se escuchó un estruendo horrible y por detrás de unas montañas vieron salir fuego - ¿Eso es un volcán?

- No lo creo - aseguró el capitán y se acercó a las escaleras - ¡Preparen sus armas!

Todos comenzaron a alistarse, entonces apareció, un dragón agitaba sus alas con fuerza mientras rugía, tenía como objetivo llegar al barco y cuando lo consiguió se posicionó en el frágil mástil que temblaba por su peso.

Narnia: el viajero del Alba (2/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora