Una larga noche

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Cuando menos lo esperaron llegaron a otra isla, era bastante grande, Caspian ordenó que se quedarán a la orilla pues el sol estaba a punto de esconderse.

- Mañana revisaremos la isla y buscaremos alguna señal - comentó el rey a sus amigos mientras abordaban un bote.

- Me parece perfecto, así podremos tener más seguridad - Edmund subió al bote y ayudó a unos marineros a subir un barril de provisiones.

- La isla parece desierta en cuestión de población - habló Lucy - ¿Creen que nos tardemos en hallar respuestas?

- Todo depende del perímetro que abarque la isla - comentó Eustace mientras buscaba el lugar más cómodo en el bote - pero espero que no sea tan peligrosa como la anterior.

- Majestades - se acercó el capitán - alteza - miró a Lilian - los botes están listos, descenderemos cuando lo ordene rey Caspian.

- Pueden ir bajando los botes Drinian - aseguró el castaño y después miró a sus acompañantes - hora de abordar.

Todos subieron a los botes y comenzaron a descender, Lilian estaba perdida en sus pensamientos, llevaba mucho tiempo evitando a Caspian, pero sabía que no podría hacerlo todo el viaje y a pesar de eso se sentía mal consigo por no ser tan valiente al demostrar sus emociones.

- Li - la reina de antaño agitó ligeramente el brazo de la nombrada - ¿Estás bien?

- Sí, lo estoy - mintió mientras desviaba la vista al agua - solo estoy algo cansada.

- Podremos descansar en la isla - comentó Ed mientras le tomaba la mano - pero deberías de taparte, estás helada.

- No tengo frío - aseguró la mayor.

- Toma - el azabache le ofreció una manta - con esto estarás caliente.

- Pero ya te dije que no tengo frío - la pelinegra se negó a recibir la manta - no es necesario.

- Lilian, no te estoy preguntando, no quiero que te enfermes - desdobló el pedazo de tela y lo colocó a la fuerza alrededor de su amiga - deja e moverte.

- Entonces no me obligues a calentarme.

Caspian

Estaba ayudando a los marineros en los remos cuando Lili y Edmund comenzaron a discutir por si mi amiga se tapaba o no, yo solo los observaba, se veía que eran muy unidos, aunque bueno, siempre han sido así. El rey terminó por ganar la discusión, pero no sin antes ganarse un buen golpe en su brazo derecho.

Llegamos a la isla y jalamos los botes a la arena para evitar que la corriente se los llevara, cuando terminé de ayudar a los marineros con nuestras naves me di la vuelta para ver a los demás que habían desembarcado y me topé con Lilian sentada junto a Lucy con una fogata ya hecha, miré a los demás y me di cuenta de que ya habían otras dos fogatas bien hechas.

- Parece que todos tenían bastante frío - comenté con diversión.

- Su alteza las hizo - habló un marinero - es buena en eso.

Miré de reojo a Lili que seguía mirando el fuego mientras Lucy le contaba algo, Edmund llegó con dos porciones de comida y se las ofreció a amabas chicas, Lu tomó la comida de inmediato para devorar todo, mientras que Lilian solo se quedó observando lo que el rey de antaño le entregó, sabía que no era la comida o el sueño lo que la mantenía en ese estado tan distante y frío.

Me acerqué a ella, pero cuando pensaba sentarme junto a ella llegó Edmund y tomó el lugar junto a ella, no le tomé importancia y me senté junto a mi amigo.

- Debes de comer - le ordenó a Lilian - ¿Por qué te quitaste la cobija?

- No tengo frío y ya sé que debo de comer, solo que no tengo mucho apetito en este momento.

Narnia: el viajero del Alba (2/2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora