Narnia: el viajero del Alba (2/2)

Epílogo

Durante ocho semanas Edmund siguió a Eustace hasta su colegio, y en cuanto identificó a todos chicos que lo molestaban se preparó para darles una paliza.

- ¿Qué crees que haces? - su hermana lo detuvo - déjalos.

- ¿Y tú de dónde saliste?

- Te he estado siguiendo, sabía que estaba planeando algo malo.

- Nuestro primo está en problemas - alegó e azabache.

- Nosotros también estábamos en problemas cuando él nos llamó, tal vez es necesario para que Eustace sea llamado de nuevo - aseguró la casi rubia - vamos a casa.

- Bien.

En otro mundo...

Un telmarino se encontraba muy nervioso, se están arreglando para un día muy especial, su boda. Ya habían pasado tres años desde que los Pevensie habían estado e Narnia, Lilian estaba casi curada al terminar el primer año, pero aún le faltaba mucho, Caspian estubo siempre con ella, tratan de no dejarla sola, los únicos periodos que estaban lejos eran cuando ella tenía que viajar a una isla donde vivían grandes sabios que le ayudaban a su recuperación.

Con el tiempo ambos se enamoraron de los defectos del otro, fue entonces cuando estuvieron listos para poder comprometerse para la eternidad.

Lilian estaba en su cuarto, una ninfa la están peinando mientras le contaba cómo iba la reconstrucción de Cair Paravel, cuando terminó de arreglarse se quedó sola en su habitación, tomó una pluma, tinta y papel, se sentó comenzó a escribir una carta para su hermano.

Querido James:

No sé cuánto tiempo ha pasado de que te llegó la última carta, pero para mí han pasado siete meses, sé que tal vez pienses que me he vuelto loca desde que te conté sobre Narnia, aunque creo de corazón que estarás leyendo esto con una ligera sonrisa, espero no equivocarme y que dentro de ti sigas queriéndome a pesar de haberlos abandonado.
James, hoy es el mejor día de mi vida, por fin voy a casarme, estoy algo asustada, voy a convertirme en reina, gobernaré al lado de Caspian y si está en la voluntad de Dios me convertiré en madre. No sé cómo criar a un niño, me encantaría que estuvieras tú para apoyarme cuando me desespere o cuando sea muy permisiva, pero creo fiel mente en la promesa que me dio Aslan y espero impaciente para volver a verte.

Sé que quieres imaginar que tan linda me veo, pues pon mucha atención porque estoy haciendo mi mayor esfuerzo en describirte esto, mi cabello está suelto con pequeñas ondas, tengo dos mechones enfrente que están entrelazados con lazos blancos, mi vestido es algo típico de este mundo, mis mangas son anchas y lisas, la parte de mi pecho tiene un ligero escote "v", todo el torso fue hecho con una suma delicadeza, puedes sentir todos los bordes de las costuras y algunas perlas casi impresentables a excepción de cuando estoy en el sol. La parte de abajo es lisa, no es esponjoso, pero tampoco ajustado, es simplemente perfecto, en la cintura tengo un lazo de plata que significa la luna, Caspian llevará uno de oro o al menos eso es lo que me explicaron, mis zapatos son parecidos a los que usaba mamá cuando íbamos a pasear al campo, traigo dos brazaletes de cobre en ambas manos, uno representa la justicia y otro la caridad.

James, sí tan solo pudieras estar aquí y ver todo lo que significa este mundo, cada acción tiene un significado profundo, cada prenda representa algo, cada canto, cada todo.
Seguramente te volverías un soldado y todos te respetarían, ya no te preocuparías por cuidarnos o si soy feliz, solo te enfocarías en ti y eso sería hermoso.

Quédate tranquilo, no te preocupes nunca más por mí, porque yo conseguí la felicidad por el resto de mis días, es hora de que hagas lo mismo. Cuando vuelva a verte podrás darte cuenta de lo afortunada que soy al vivir en este lugar y tener a Caspian a mi lado.