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-Cald-derón no estoy seguro de esto, y-yo no-

Habló el menor inseguro mientras que Mario lo tomaba de una de sus muñecas y volteaba para interrumpirlo.

-Tranquilo, confíe en mí.

-¡nnh! ¡N-no espere! no entre todavía.

Mario lo vió a los ojos acortando su distancia considerablemente.

-Señor Valencia le recuerdo que si no hacemos esto Roberto nos mata.

Ambos vieron el taller del diseñador más histérico que habían conocido con miedo ya que por desgracia él era la única persona que podía diseñar para Ecomoda.

Ninguno de los ejecutivos querían entrar pero tenían que, ya que anteriormente en la junta el diseñador había amenazado de no seguir trabajando en la empresa para luego salir del lugar furioso.

-Huguiito, ¿dónde estaás?

Entró primero temeroso el castaño llamando al susodicho como si fuera un niño mientras aún tenía a Daniel entrando después aún agarrado de la muñeca por pura protección y seguridad.

-¿Qué quieren?

Hugo habló asustando a los ejecutivos logrando que dieran un salto al verlo salir de una bodega hasta con maleta en mano.

-Hablar, negociar, nada más. Como las personas civilizadas que somos.

Daniel que estaba a un costado asintió algo tímido y el más bajo solo los vió casi sin poder creerlo, los vió de arriba a abajo.

-¿Si? ¿Cómo para qué?

-Para que no te vayas Huguito, porque te necesitamos y tú eres el mejor diseñador de Colombia, ¡no! ¡De América!

-Que sutil.

Agregó Valencia casi en un susurro con sus dedos en su entrecejo algo apenado de la manera algo infantil de la cual trataba de convencerlo siendo muy evidente que no estaba dando resultado.

-Mire Calderón, yo no quiero que un hombre como de los de su tipo dirija está empresa, luego va hacer que todas las mujeres se vengan en minifalda y quién sabe que locuras más.

-Hugo pero- ¡ya sé! ¿qué quiere de mi? hagamos un trato, como cuando Armando se vistió de drag Queen.

Inesperadamente eso logró sacarle una sonrisa al diseñador y a Daniel quien se acordaba muy bien de esa noche.
Afortunadamente para Mario logró que Hugo fuera cediendo poco a poco a medida que iba proponiendo desde cosas accesibles como dinero hasta retos más complicados.

-Mira, yo me quedo si tenemos una cita, no mentiras, quiero que el doctor también trabaje aquí, él es el único hombre de todos estos ejecutivos que es medianamente decente.

Aunque el diseñador tuviera un tono coqueto mientras miraba a Daniel hablaba muy en serio con lo que pensaba de él.
Pero este último realmente no tenía intenciones de si quiera acercarse a la empresa después de dejarla en buenas manos, pero no es como si no pudiera decir lo contrario así que con un suspiro se acercó ligeramente y

-Bueno Hugo, pero quita esa cara que así no acepto nada.

Daniel dejó a Hugo con la mano estirada ligeramente viéndolo con su típica mirada de rechazo.

-¡Dios mío! con usted ya me rindo, como no le gusta ni los hombres y menos pareciera que las mujeres.

-Corrección, tú no me gustas. Pero me alegra que te propongas dejar de hacer el ridículo.

Mario rió levemente estando totalmente de acuerdo con su compañero mientras lo tomaba del hombro y Hugo los veía resignado.

El trato aún así se cerró y Hugo quedó más calmado con el nuevo mandato y era lo importante aunque fuera a base de una promesa vacía.

Por Amor Y VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora