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-D-daniel, espera.

Resulta que cuando Mario y Daniel se quedaron solos en la sala de juntas, aprovechando la soledad del lugar el menor decidió que sería una buena idea ser un poco atrevido, lanzándose a besar al castaño con entusiasmo empezando a desatar su corbata bajando sus besos hasta su cuello queriendo colar su mano sana en su pantalón despues de sentir con su propia entrepierna como es que la del contrario despertaba.
Y a pesar que el castaño lo estuviera disfrutando no quería hacer nada de esa índole en la oficina.

-¿Mmh? ¿No quieres, Marito?

-N-no aquí, si te esperas un momento tal vez en mi apartamento podamos hacer algo.

El mayor susurró contra los labios del contrario viéndolos fijamente y es que ya se sentía listo para dar ese paso.

Ambos salieron ansiosos de la sala tomados de la mano para encontrarse con Armando y Beatriz hablando mientras esperaban el ascensor.

-Betty ¿Quién cree que es peor? ¿Daniel Valencia o yo?

Armando indagó al ver al par de ejecutivos atrás suyo, quería molestar la existencia de su ex-amigo y Beatriz sin dudas quería seguirle el juego.

-Sin dudas el doctor Valencia.

Mario solo rodó los ojos por esa actitud ciertamente infantil aguantando las ganas de responder con altanería poníendose tenso por lo que Daniel lo vió con una sonrisa plantandole un beso corto en los labios, bueno, además de calmar a Calderón realmente quería devolverle el golpe a Armando, nunca se iba a cansar de eso, de ver su cara sorprendida, boquiabierto y con el ceño fruncido así que abrazó al castaño de la cintura colocando su mentón en el hombro ajeno con una sonrisa victorioso.

-¿Todo bien, Armando? si no cierra la boca se le pueden entrar los moscos.

El mencionado iba a responder igual de sarcástico y burlón pero el mismo Daniel lo interrumpió sacando su celular de trabajo para contestar con rapidez, desgraciadamente tenía trabajo por lo que bufó enfadado, ya no habría noche de pasión.

-Perdón, Marito, ya sabes el porque ¿no?

El susodicho asintió con una sonrisa triste y se despidió de Valencia mientras salía prácticamente corriendo por las escaleras de emergencia mientras los otros ejecutivos se adentraban en el ascensor.
Acto seguido Armando y Betty se encontraban en un restaurante/bar tomandose unas copas de vino mientras hablaban y es que el primer mencionado lo había propuesto para mantener informada a su nueva aliada.

-Betty, solo puedo decir que Daniel Valencia lo enloqueció, no hay de otra.

-A mi parecer él ya se mostraba mal de la cabeza.

Respondió la azabache simplemente por lo que el contrario quiso alegar abriendo la boca para decir algo y cerrarla al instante, sabía que eso era algo simplemente obvio por lo cínico, déspota y ególatra que se mostraba siempre.

-Pues, lo enloqueció aún más porque yo conozco a ese hombre de toda la vida y si, no es la persona más común, empática y santa que existe pero sin dudas Daniel Valencia tiene mucho que ver en los acontecimientos más recientes.

El azabache hace un minuto había acabado de contar la anécdota con la pistola el día del lanzamiento pero lo que más le impactaba a la mujer es que siempre volvía al mismo punto, su rival.

-Bueno, Don Armando, no dudo que su reciente relación con Daniel lo haya afectado pero- y por favor no se vaya a enojar y es que a lo mejor pudo ser algo que usted le hizo pero ¿no ha pensado en que son solo celos?

Esa palabra hizo eco en la mente del mayor.
¿Celos? No, no creía que eso fuera posible, él estaba enamorado de la mujer enfrente suyo, algo que había sido difícil de aceptar.
Aunque si Armando lo pensaba bien, logró ese gran hallazgo cuando también aceptó que para él Mario solo era su amigo.
Entonces era imposible que hubieran celos ¿no? Aunque si solo era un simple compadre y lo había aceptado de esa forma ¿por qué le afectaba tanto?

Por Amor Y VenganzaWhere stories live. Discover now