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-¿Aaaló?

Mario sin abrir sus ojos contestó su celular soltando un largo bostezo mientras se tallaba un ojo apenas despertando.

-Calderón, estoy afuera de tú edificio.

El castaño rápidamente se sentó en su cama abriendo sus ojos como platos sintiendo su pulso totalmente acelerado solo para tomar su celular con fuerza y salir corriendo de la cama hasta la sala dónde se asomó a la ventana donde efectivamente gracias a la tenue luz de los faroles alumbrando la calle pudo ver el carro de Daniel Valencia parqueado al frente de su vivienda.

-Mierda...¿qué? ¿Qué haces aquí? Un sábado, e-en la madrugada.

Al otro lado de la línea se escuchó la tenue risa del menor logrando desconcertar más al castaño.

-¿No te dije que íbamos a ir a disparar? En fin, no importa, solo ponte una sudadera o algo así, trae ropa para mañana, traje de baño y el arma, no te demores.

Daniel colgó la llamada antes que Mario pudiera si quiera alegar pero aún así, aunque quiso no tenía porque hacerlo por lo que con un bufido de resignación y una tímida sonrisa que denotaba emoción por la idea se dirigió a su habitación a hacer lo que le había pedido su amigo.
Solo se demoró veinticinco minutos en estar listo y aparecerse al frente del auto de su amigo golpeando ligeramente la ventana del copiloto alertando al contrario de su presencia.

Cuando el menor vió al mayor este tenía un aspecto tierno, sonriendo juguetón, su cabello mojado usando un pantalón de sudadera gris y un suéter que le quedaba algo grande. Casi que no reacciona de lo embobado que estaba viéndolo a través del cristal.

-Bueno, ¿a dónde vamos?

-A una de las fincas de mis padres, la de Girardot para ser exactos.

-Uuuy debo admitir que ya me hacía falta ir a tierra caliente Danielito,  y menos mal si te hice caso con lo de el vestido de baño.

Daniel sonrió de soslayo y es que también le emocionaba la idea de ver al mayor únicamente usando esa prenda.

Las siguientes dos horas Mario aprovechó para dormir ya que realmente solo había alcanzado a dormir al rededor de tres horas siendo así que el camino para el menor se sentía algo largo y demasiado calmado para su gusto así que encendió la radio colocando su emisora favorita cuidando siempre de no despertar al castaño y de ves en cuando admirar su semblante relajado y sereno que le parecía una escena muy hermosa como para no apreciarla por pequeños lapsos de tiempo.

Inesperadamente el castaño despertó unos pocos minutos antes de llegar al lugar viendo con ojos curiosos sus alrededores mientras bajaba la ventana del carro por completo gracias al calor que empezaba a emanar del ambiente logrando que ambos ya tuvieran sus mejillas sonrojadas y algo calor en todo su ser.

-Uy, se nota que no dormiste nada anoche.

-Lo sé lo sé, pero ya dormí y ya estoy listo para aprender,  bueno no sin antes comer algo.

-Eso no lo dudo ya tus tripas están que rugen desde hace rato.

El mayor se apenó ligeramente posando una de sus manos en su estómago mientras asentía algo infantil, minutos después al fin llegaron a la gran casa de dos pisos que estaba alejada de el pueblo rodeada por un muro de plantas y rejas, todo a conveniencia de a lo que harían a continuación.

Acto seguido Daniel cocinó un desayuno para ambos y Mario le dió sus respectivas felicitaciones por sus habilidades culinarias.

-Mira si no hubieras sido mafioso o ejecutivo a lo mejor hubieras sido un gran cheff.

Por Amor Y VenganzaWhere stories live. Discover now