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-Y-yo, la verdad es que cometí un error — Pensó que solo le quedaba aceptarlo — Creí inocentemente que Patricia me invitaría a una cena pero en verdad solo intentó embriagarme...pues, ya te imaginarás para que. Lo siento.

Frustrado Valencia suspiró al momento que fruncía el ceño, ahora el mayor se sentía como un completo inepto.

-Pero yo enserio no quería ¡Ósea! No quise y ahí fue cuando me reveló que alguien más la había mandado a hacer eso.

-Está bien, ya pasó.

Pero para Mario no estaba bien, sumando el hecho de que había alguien allá afuera queriendo hacerles daño, al tiempo que ahora tenía a su novio totalmente malhumorado y callado con su mirada clavada en su propio alimento, ahora los sentimientos del castaño se encontraban creando un nudo en su garganta que ni si quiera lo dejó terminar de comer.

La copa de vino fue lo único que terminó degustando, agradeció por el almuerzo y tan rápido como pudo salió de la oficina directo al baño, no le agradaba que se enojaran con él, pues siempre que pasaba, le esperaban gritos y fuertes regaños pero ahora solo encontraba indiferencia y lo odiaba, tanto así que su primera reacción fue huir, aflojarse la corbata y salpicar un poco de agua en su rostro.
Y se hubiera encerrado en cualquier cubículo a lamentarse en silencio o pensar en alguna forma de aliviar esa tensión que se había formado pero unos pasos acompañados de bufidos lo alertaron y claro que tenía que ser el ex-presidente.

-Bienvenido al efecto Valencia, Doctor Calderón.— Armando habló con suavidad mientras se desabotonada uno de los botones de su camisa y se recargaba contra los lava manos.

Obviamente el azabache solo estaba tomando ventaja del gran conocimiento que tenía sobre el presidente, quería recalcarle que si lo estaba pasando mal era por su pura y llana culpa.

-Oh, créame, el efecto Mendoza es tres veces peor, hasta me quedaban morados en los pobres brazos.— Mario le dejó muy en claro con una simple sonrisa para acomodarse la corbata y emprender su camino fuera del lugar.

-¿Y usted cree que Valencia se va a disculpar? Por lo menos yo siempre lo hacía.

El menor había dado en el blanco, cuando Calderón estuvo a punto de salir se detuvo en seco, pues no lo sabía y claro que le generaba una gran nostalgia recordar los momentos en los que para pedir su perdón le rogaba entre chistes y mimos o cuando solo eran ellos dos embriagándose, sintiéndose almas gemelas en total sintonía, como lo extrañaba, tanto que cuando encaró a su antiguo amigo sintió el impulso de lazarse sobre él y abrazarlo dando un par de pasos cortos hacia él, anhelando que el tiempo volviera al momento en que solo eran ellos dos, cuando ni si quiera tenía sentimientos hacia él,  cuando no había compromisos o secretarias que enamorar ni venganzas que realizar.

-Yo lo conozco muy bien, Mario, y sabe que básicamente me crie con su novio, por eso estoy seguro que él puede ser mortal para el alma — Armando habló con voz suave ahora viendo a los ojos al que alguna vez fue su mejor amigo — ¿Vas a seguir cometiendo el error de estar junto a él? Yo no lo haría si fuera usted, a lo mejor aún no es tan tarde para huir de ese monstruo.

Y ahora el castaño suspiraba confundido ¿Monstruo? Quiso reírse con ironía, pues si alguien conocía ese adjetivo era su ex-amigo, pero si le daba un par de vueltas más al asunto ¿Y si tenía razón? ¿Y si Armando al poder ser identificado como un "monstruo" podía reconocer a los que también lo eran? En ese momento retrocedió medio paso.
Armando lo seguía viendo fijamente como si su mirada fuera argumento suficiente para convencerlo pero Mario ya ni sabía que pensar ¿Si quiera estaba bien llamarle a alguien de esa forma? enserio quería meditarlo, quería dar con la respuesta apropiada por su propia cuenta pero no con ese azabache de ojos suplicantes viéndole directamente.

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⏰ Last updated: Aug 26, 2023 ⏰

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Por Amor Y VenganzaWhere stories live. Discover now