Solo Para Daddy.

Mi ultimo dia.

Una tarde normal acababa de salir de la escuela, el entrenamiento de hoy fue un poco duro, me gusta hacer ejercicio y voy al gimnasio, golpeo de vez en cuando el costal de box pero intentar ser porrista ahora es un poco complicado aunque no demasiado, aprendo rápido aunque odió seguir órdenes de una persona solo tres años mayor, creo que me agrada ser porrista.
Caminó rumbo a mi casa que no queda muy lejos aunque podría agarrar un taxi prefiero caminar y prender un cigarro en el transcurso de mi camino, escuchaba la canción por la que me corté el cabello, la mujer más hermosa del mundo con mi nombre Ruby Rose -breack free-
Hermosa canción y el video, uff... Me volvía loca esa chica era mi ejemplo a seguir, bonita, transexual, noble, me encanta toda ella, no es que yo fuera transexual pero al menos las únicas experiencias amorosas que he tenido han sido con mujeres pero aún no logró saber si soy lesbiana, tengo 17 años, tal vez solo estoy confundida.
Veía el celular mientas fumaba y caminaba hasta que choque con alguien que hizo que mi celular se cayera y los audífonos se salieran de su sitio.

-genial- dije molesta, no levanté la vista para ver con quien había topado, no tenía ganas de discutir estoy demasiado agotada para hacerlo.

- podrías tener más cuidado hermosa- lo dice con un tono de superioridad que hace que voltee a verlo para sacarle del dedo medio, mugre idiota creído.
- aparte de ciega, grosera...- se burla de mi, me pongo los audífonos y lo dejo pasar. Me es imposible seguir caminado por que me detienen del brazo, me quitó los audífonos molesta y volteo frunciendo el ceño.

- entendí, lo siento... ¿Puedes soltarme?- intentó estar tranquila aunque siento que debería meterle un puñetazo en la cara por idiota.

- mucho mejor pero odio que me ignoren cuando hablo- dice molesto y entonces por mi cabeza pasa una pregunta ¿A quien carajos le importa?

- aaa... Okay, si me hubiera dicho antes tal vez me valdría menos.- respondo sarcástica, me burlo y me suelto de su agarre agresivamente y camino hacia mi destino.

En mi teléfono empieza a sonar la canción de fast and the furiours -see you again- oh... Maldita canción me hace llorar tan sólo de acordarme de las escenas de la última película.
Llego a mi casa despejada de todo y aviento mi mochila al sillón, mi casa es algo extraño, vivo con mis padres pero mi cuarto está en el patio, entras y la sala esta a la vista, al frente de esta, esta la cocina, entrando a la derecha está el baño y a un lado las escaleras para el segundo piso, pasando la sala está la puerta al patio y aunque hay un pasillo para ir directo al patio, me gusta atravesar toda la casa para ver si hay comida en la mesa aunque muy pocas veces la hay pero hoy es uno de los días en los que la comida esta lista, mi madre sonríe mientras cocina y ve un programa de comedia, me sirve y me saluda con un beso en la cabeza.

- ¿como te fue en el entrenamiento?- pregunta contenta

- excelente, creo que me quedare- digo con la boca llena, mi madre se ríe.

-cierra la boca cochina- se burla, me río y sigo comiendo. Cuando término tomó mi mochila y voy a mi habitación, soy hija única y tengo bastante libertad pero nunca me he aprovechado de eso, hago las cosas con medida aunque a veces si me paso no suelen ser cosas graves.
Cuando término de hacer mis tareas, me pongo ropa de ejercicio y salgo a correr al parque de enfrente, me llevo la sorpresa de ver al chico con el que topé hace rato entrando al gimnasio al que voy, normalmente corro cuatro vueltas y después corro al gimnasio como calentamiento, no tomo importancia y hago mi rutina, es miércoles así que hoy es día de fortalecer mis piernas, termino mi rutina y me preparo para correr de nuevo a mi casa, aunque al darme la vuelta dispuesta a salir me tipo con el pecho firme de un hombre.

-con permiso- me limito a decir sin voltear a ver pero no se mueve entonces levanto la cara y vuelvo a ver la cara de ese engreído.

-¿me estas siguiendo?- pregunta el muy mono, ya quisiera, volteó los ojos por su arrogancia.
- no hagas eso, me parece de mala educación-
-podrías decirme tu nombre- levanta una ceja esperando mi respuesta

- Juana- digo seca
- Juana la cubana- salgo corriendo del gimnasio y sigo hasta llegar a mi casa, me río cuando llego a mi habitación.
Mi celular vibra y es un mensaje de un número desconocido, lo abro pensando que es una equivocación pero me sorprendo al leerlo.

" mi niña, tan linda y casi incorregible pero es tu último día con esa actitud, lindo tu atuendo de gimnasio aunque no me gusta que los demás vean lo que ya es mío, eres la indicada."