Solo Para Daddy.

Dante.

Despierto y siento a alguien a mi lado, me duele estar acostada, me levanto lentamente y me doy cuenta que el chico que esta en boxers a mi lado, no es Alejandro, busco una camisa, un boxer y me visto, tomo unas sandalias que me quedan bastante grandes y camino hacia la entrada dispuesta a salir corriendo hacia donde sea, debe de ser la casa de Dante y no quiero estar aqui mas tiempo, me duele el trasero y es su culpa y del otro idiota que me golpeo en el bar. Chillo de felicidad cuando doy un paso fuera de la casa y siento un jalon en el cabello que me regresa a dentro y una mano que me azota el trasero, grito de dolor, duele demasiado.

- regresa a la cama.- me giro para encontrarme a Samuel y frunzo el ceño, que hace el aqui?

- no quiero. Me ire a mi casa- vuelvo a dar un paso para salir y toma con mas fuerza mi cabello, vuelve a azotarme.

-Alejandro no esta en la ciudad, obedece.- me suelta y sollozo.

- tu quien te crees, dejame en paz esa ni siquiera es mi casa idiota.- me toma de la cintura como niña pequeña y pataleo, me baja y me da tres nalgadas seguidas.

- soy el mayor aquí asi que te callas y obedeces. Mocosa chiflada.- frunce el ceño, me da un golpe en la boca y me cubro con mi mano bajando la cabeza.

- maldito viejo.- murmuró.

- tengo 28 y tu te lo buscaste.- se desabrocha el cinturón y me tiro al piso antes de que me golpee.
- levántate de ahi ahora mismo!- me señala el piso gritando y me levanto temblorosa.

- lo... lo siento, perdón- bajo la cara, me jala de la muñeca y levanto la cara para verlo, esta enojado.

- ve a la esquina. - me señala una esquina de la sala y no reaccionó. - ahora!- me grita. Corro a tropiezos a la esquina y me recargo esperando lo que sea que vaya a hacer.
- viendo a la pared y no te recargues.- me giro obedeciendo y me da una nalgada, escucho como se aleja y me quedo quieta viendo el piso en la esquina, no me siento humillada, me siento mal por estar parada en una esquina como niña chiquita a la que acaban de regañar... okey, es humillación, sollozo y pataleo molesta, quiero golpearlo.
- deja de moverte o te voy a castigar como ayer.- me amenaza y me quedo quieta viendo el piso.
No se cuanto tiempo ha pasado pero ya no quiero estar aqui parada, volteo un poco la cara cuando escucho una risa y veo a Dante en medio de la sala.

- te castigaron nena?- volteo la mirada al piso y miro la esquina de la pared. Lo siento detras de mi y no me muevo, mi respiración se agita cuando siento sus manos rodearme la cintura.

- déjala ahí Dante.- escucho a Samuel hablar y Dante me suelta. - ahí se va a quedar hasta que yo diga.- recargo mi cabeza en la pared cansada de todo.
- te dije que no te recargaras!- me grita, me separo de la pared asustada y me pongo derecha.
Sollozo por que quiero a mis papás, quiero mi vida como antes.

- lo siento.- lloro con la mirada en el piso.

- ven, vamos a desayunar.- habla Samuel, volteo y lo veo caminando al comedor, lo sigo y me siento lo mas alejada que pueda de ellos, es incómodo por que ni siquiera los conozco y me tratan como una puta bebé!

- ten cuidado de ensuciarte.- me dice Dante y volteó los ojos, parezco una niña de 4 años o que?

-imbécil.- susurro para mi.

- joder.- Samuel golpea la mesa con sus manos y brinco en mi lugar del susto.
- vuelves a decir una grosería y no sabes lo que te voy a hacer.- me mira con el ceño fruncido y bajo la vista a mi plato, como en silencio y escucho la platica entre Dante y Samuel que ahora se que son hermanos, Dante es soltero y Samuel tiene una novia que tiene una niña, la verdad es que pobre de la bebe, con un padrastro como Samuel es para salir corriendo. Termino de comer y levanto mi plato para lavarlo, estoy frente al fregadero lavando mi plato y pienso.