14

1.2K 158 26
                                    

El resto de los días Félix no se acercó a mí ni yo a él, tampoco en las batallas. En parte me tranquilizaba, eso de no tenerlo me ayudaba  a enfocarme más en mi día a día.

Aunque también me hacía sentir vacía.

—Oye, Mari ¿Más al rato podemos salir por un café tú y yo? Hay algo que he querido decirte.— me cuestionó Juleka sobre el hombro mientras ambas observábamos por delante a Rose y a Alya conversar.

—Sí, claro, aunque me dejas con la curiosidad.— respondí.

—Bueno, es sobre...

Antes de que pudiera contestarme fue interrumpida por un gritillo de emoción de Rose.

—¡¿Qué no esa es Lila?!— esbozó corriendo hacia la morena quien también parecía haberla reconocido desde la distancia. Alya se acercó a saludar por amabilidad mientras que Juleka sólo sacó su celular para ignorarla mejor.— ¿Qué no te habías regresado a estudiar a Italia? Por Dios, te volviste mas linda.— comentaba Rose emocionada.

—Ay, gracias lindura. — dijo dándole un toquesito a la nariz de la rubia.— Tú también te has vuelto preciosa, ha de ser todo un galán tu novio como para haberte podido conquistar.

—Pues, veras...— pronunció Rose, pero también fue interrumpida.

—Oh, hablando de galanes.—y cuando lo noté, su mirada reposaba sobre Félix quien a penas venía caminando. Sentí como mi pulso se aceleró.— Este es mi nene.— quise vomitar. Regresé a ver a mi amiga, no estaba mejor que yo. Lila se le colgó del cuello y tomándome de bajada, adhirió sus labios a los del rubio.

Él me vio de reojo. Me causaba náuseas que estuviera atento a mi reacción. Maldito enfermo.

Me acerqué a Rose para ignorar aquella escena.

—Oigan ¿Les parece si vamos de compras?— pronuncié tomando de la mano a Rose quien acaba de soltar una lágrima discreta.

Lila por fin se separó de aquel bastardo.

—¡¿Puedo ir yo también?! Tengo muchas ganas de una tarde de chicas.— nos preguntó.

—No, lo siento. Pero ya que ustedes dos andan empalagosos ¿Por qué no gastan su tarde en eso? Seguro los mantendrá ocupados.

Pensé que molestaría a Félix, pero por alguna razón sólo me sonrió, como si le hubiera dado gracia mi comentario.

Infect me // FelinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora