30

1K 145 34
                                    

Su par de ojos oliva estaban atentos sobre mí mientras terminábamos de engullir la hamburguesa que había traído en aquel extenso sillón. La chimenea crujía frente a nosotros y el ambiente era más agradable de lo que pensé.

—Estuvieron muy buenas, no pensé que te gustara este tipo de comida.— admití. Él sonrió, se acercó hacia mí y con su dedo limpio una borona que estaba al costado de mis labios.

—Soy más normal de lo que tú crees.— Lo confesaba, dentro de esos muros Félix se comportaba distinto, era más atento, cariñoso y se le veía de mejor ánimo.

Y sin verlo venir, hundió su cabeza por debajo de mi blusa y empezó a depositar espesos besos en mi vientre. Jadeé un poco al sentir su cálida lengua repasar el contorno de mi ombligo.

—¿Q-qué haces?— pregunté con la respiración perturbada mientras que mi espalda pedía a gritos dejarse recargar sobre el sillón.

Él me sonrió con malicia, tomó mi mano y ahí depositó una parte de su corbata que aún seguía atada a su cuello, cerró mi mano para que la sostuviera y besó mis dedos.

—¿No te lo dije? Soy tuyo, y quiero que hagas lo que quieras de mí.— le sonreí con un ligero sonrojo y jalé su corbata para aproximar su rostro al mío, lo que él obedeció sin chistar.

Era novata frente a él, pero ni mi cuerpo ni mi mente me pedían detener esta locura. Ambos lo ansiaban con desesperación.

Pero había algo que ardía en mi pecho.

—Si hoy hago esto contigo, mañana acabará esto entre los dos ¿Verdad?— Tenía que ser honesta, él sólo me veía como este juego peligroso, él me aclaró desde siempre que esto era únicamente para calmar nuestra curiosidad.

—Marinette.— acarició mi rostro.— Soy completamente tuyo, sólo ten en cuenta eso sin importar qué.

Su respuesta perturbó mi corazón, pero el brillo en su mirada era confuso: lucía genuino, deseoso, solitario pero hasta cierto punto, cálido.

Tomé su rostro y por fin, comencé a besarlo.

Infect me // FelinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora