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❝ todo lo que puedo decir
es fue encantador
conocerte❞
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si le preguntas a leigh-anne jones
que es lo que más disfruta de su
trabajo te va a responder que es el
ayu...
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Leigh-Anne sentía sus manos sudando, su pulso acelerándose, sus piernas temblar, todo en ella irradiaba nervios, era su primer día como agente para la UAC y aunque se encontraba demasiado feliz por la oportunidad, le era inevitable sentir algo de miedo por no encajar con el equipo o que las cosas no salgan como tanto esperaba.
En cuanto las puertas del elevador se abrieron indicando que había llegado a su piso, Leigh soltó todo el aire que había acumulado en sus pulmones para luego comenzar a caminar en dirección a la gran puerta de cristal frente a ella.
— ¿Leigh-Anne? ¿Eres tú?— preguntó una voz femenina detrás de la chica, la cual la hizo voltear al instante para formar de inmediato una sonrisa por parte de la rubia— ¡Si eres tú, que alegría me da verte!
Leigh-Anne fue para abrazar de inmediato a su vieja amiga, Gisselle Pipes, a quien había conocido años atrás durante un caso en Nueva Orleans en donde se solicitó la ayuda de la policía de otros estados.
Con la presencia de su amiga ahí se sintió un poco mas segura, ya no llegaría ahí sin conocer a nadie, ahora tenía a una amiga, con quien pese no tener mucho contacto desde tiempo atrás, era alguien a quien ella siempre recordaba con cariño debido a toda la cercanía que llegaron a tener.
— ¿Qué haces aquí? Creí que trabajabas con la policía de Baton Rouge— preguntó Leigh-Anne con una gran sonrisa en el rostro mientras abrazaba a su amiga
— Hace casi dos años que logré ascender para llegar a la UAC. ¿Qué me dices de ti?— preguntó Gisselle correspondiendo la acción de su amiga— Lo último que supe es que te habías vuelto la jefa de la policía en Nueva Orleans, dios, estoy tan feliz de volver a verte
— Eso fue hace casi un año, pero me ofrecieron un puesto aquí...
— ¡No puede ser, tu eres la nueva! Hotch no me había querido decir nada, pero estoy tan feliz de que te eligieran a ti— exclamó Gisselle con suma alegría en su voz y rompiendo el abrazo— ¡Ven conmigo, te presentaré con el equipo!. Estoy tan emocionada de que seas tú, temía que nos mandaran a alguien desagradable o pedante, pero tú eres maravillosa, eres perfecta para el puesto
