¿Mi mate? ¿Alpha? [Terminado/Sin Editar]

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[Ethan]

—¡Maldita sea!— en un solo movimiento tiro al suelo las cosas que tenía sobre mi escritorio.

Respiro con fuerza, mi pecho sube y baja con rapidez. Me llevo ambas manos a la cabeza jalándome el cabello.

Trato de centrarme pero no logro nada al escuchar el maldito ruido de los teléfonos sonando. No han dejado de sonar desde la mañana, se está pasando la voz sobre lo que está sucediendo.

Estamos en luz roja.

Parece una maldita pesadilla. Están secuestrando a todas las hembras de cada líder. Sea lobo, vampiro, Demonio, Brujo, Ogro, Hadas y más. No les importa, se las están llevando.

Ayer se han llevado a una de cada especie. En total diez hembras han desaparecido.

Cada manada está en alerta, protegiendo a mujer de su líder.

¡Cuando se suponía que todo iba bien! Pasa esto. Tiene que ser una puta broma.

—¡Aaaahhh!— pateó la silla al suelo.

Estrés, frustración, y desesperación es lo que estoy sintiendo.

Le ordené a mi Beta y Delta llamar a los guardias para una junta urgentemente.

He recibido por los menos 50 llamadas por alfas y los de congreso. Nos están informando que debemos permanecer en nuestro pueblo. Sin salir al menos que sea para emergencias. La Universidad en la que va mi Luna se cancelaron las clases, por lo que está pasando.

~Ordena que tenemos que aumentar la seguridad, quiero 20 guardias mínimo al rededor de la manada, otros 20  para vigilar desde la parte de arriba. Otros 30 para las casa de la manada, y 50 para mansión. La protección de Sam es importante~ Al escuchar la idea de Demon me confirma por la seriedad la que me dijo o más bien me ordenó está hablando para que lo haga a la de ya.

—Ni muertos dejamos que le pase algo Sam—le respondo.

~Para aquellos que se les ocurra hacer algo o entrar, están cavando su propia tumba~ se ríe secamente.

—Sam está a salvo con nosotros, nadie podrá pasará nuestra barrera— trato de mantener la calma, viendo un punto fijo.

Estoy por romper algo pero la voz de mi Luna me interrumpe.

Al entrar me sonríe tímidamente, pero está se borra al ver el desastre.

—Ey....— observa las cosas en el suelo. —¿Que paso? acaso ¿Tu.....—me señala a lo que asiento. Suelta un suspiro — Ven aquí — abre sus brazos para poder apretujarme.

El coraje que tenía se me bajo al estar abrazandola. Me aferró a ella como si en cualquier momento me la fueran a quitar .

Ayer en la noche cuando mis amigos me dieron la noticia estaba por enloquecer, si no hubiera sido por Sam, hubiera destruido mi despacho.

Seguimos así minutos. Sus manos dan suaves caricias en mi espalda. Respiró su aroma, cierro los ojos relajándome.

Este es el poder que tiene Sam en mi, poder tranquilizarme. Sobre todo a Demon que estaba por salir. Bueno si lo hubiera hecho, Sam lo había puesto la cola entre las patas.

—¿Mejor?— pregunta al final.

—Si— respondo.

Cómo puedo me la llevo al sofá grande que tengo, quedando ella encima mío, en mis piernas. Casi me duermo al recibir el masaje sobre mi cuero cabelludo.

—¿Que tal Demon?— deja un beso en mi frente.

—Ronroneando al querer ser mimado por ti — le cuento.