Italia

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Reconocí los ruidos de los disparos, me pongo alerta y al ser tan constante. Pero el caos me llama la curiosidad. Así que una vez lave mis manos baje a ver. El comedor ya estaba vacío y limpio. Le pregunta a la señorita pelirroja y me da una dirección. La veo por última vez y luego voy a donde me dijo, me encontré con una puerta donde me llevo a algo parecido a un sótano. Pero uno lleno de armas, muy grande. Entonces al recorrer con la mirada me doy cuenta que es igual a un lugar de practica de tiroteo.

—La hermosura llego — dice el amigo del psicópata al verme con una sonrisa. Tanto el cómo Daniel llevan una tapa oídos negros. Daniel concentrado da cinco tiros, si los conté bien. Luego baja el arma y atrae el pequeño papel con la silueta humana en ella. Cuatro tiros dio en la cabeza y uno paso al lado de la silueta.

—Te estas oxidando hombre — bromea el amigo, pero este no contesta, sigue con una cara seria pegada al frente.

—¿Sabes disparar? — me pregunta el amigo  tendiéndome la pistola.

—No muy bien — aunque se manejar el arma, realmente no puedo apuntar de lo mejor.

—¿Te enseño?

Mire a Daniel, luego a la hoja en la que disparo y sonrió. La verdad siempre quise mejorar mi disparo a lo cual le asiento con la cabeza.

—Genial, ven.

—No hay tiempo para eso, tenemos un avión que tomar — interrumpe Daniel sin voltearnos a vernos. Guarda su arma en el porta pistola de su muslo.

Se me bajan los ánimos un poco, pero la curiosidad incrementa.

—¿Avión?

—A si es — Daniel voltea a verme aun con la cara seria —Prepara tus alas pajarito que nos vamos a Italia.

Abro los ojos en sorpresa. Voy a viajar en avión, por primera vez que saldré del país.

Daniel sale, pero siento la presencia del chico ojos café detrás de mí, su rostro a mi izquierda justo arriba de mi hombro. Volteo ligeramente para verlo.

—Luego te enseño enana— Gael acaricia mi mentón con su mano, pero alejo mi cara de su toque.

—¿Cómo te llamas? — pregunto, ya que en ningún momento escuche que mencionaran su nombre.

—Te lo diré si lo gritas en mi cama conmigo entre tus piernas — muerde su labios inferior de manera exagerada.

Ruedo los ojos y camino la puerta, pero justo antes de salir le digo.

—Entonces solo te llamare idiota.

(...)

El auto se detiene, veo a través de la ventana. El avión frente a mis ojos. Es el único por que alrededor no hay ni siquiera otros autos. Pero que iba a esperar si estamos hablando de la mafia.

Mi puerta se abre, Daniel me indica que baje lo cual hago. Veo que cierra la puerta y comienza a caminar. Veo cada paso que da, mis ojos quieren averiguar que hay debajo de ese aburrido smoking. Sus ojos se topan con los míos descubriendo que lo estoy escaneando. Arque una ceja y pareciera que una sonrisa se les asoma a los labios. Pero miro en otra dirección.

Solo tienes un culo bonito querido Daniel, baja tus humos

Mantengo mis pensamiento para mí y vuelvo a ver el imponente avión enfrente. Mis nervios están a flor de piel, porque realmente no sé qué puede pasar en cualquier momento. O alguien me dispara o el avión se cae en el aire.

Subimos por las escaleras y al entrar huele incluso hasta a auto nuevo. La azafata nos saluda. Siento una mano en mi cintura que quiere dirigirme mientras camino. Pero me detengo miro que es Daniel y alejo su toque. Sigo caminando ignorando que esta detrás mío.

VÍBORASWhere stories live. Discover now