4. Pienso en tu mirá'

40 4 0
                                    

Jade

-Ay... -caigo rodando una pequeña cuesta llena de piedras y palos. Me apoyo en mis manos para intentar ponerme en pie de nuevo. 

-Estás bien? -pregunta una voz grave que me pone nerviosa enseguida. Miro en todas direcciones hasta encontrarme con unos ojos negror y pelo marrón alborotado. -Déjame ayudarte. -me rodea la cintura con su brazo hasta sentarme en un piedra. Ahí es cuando me doy cuenta de que mis rodillas están sangrando. 

-Quién eres? -creo que no me ha escuchado porque no dice nada. Se mueve para coger agua del pequeño regato que hay al lado y empezar a limpiar mis rodillas. 

-Se puede saber qué haces aquí tú sola? 

-Solo estaba paseando para conocer la zona. -me mira directamente a los ojos, y noto algo raro en los suyos, son tan negros como el carbón y tienen el mismo brillo singular que Stormy, pero a diferencia de ella, este chico parece que lo controla. 

-Eres la nueva. 

-Sí, y tú eres...? 

-Definirse es limitarse. -se pone en pie y me da la espalda para empezar a caminar. -A qué esperas? -pregunta poniendo las manos en los bolsillos de sus vaqueros negros. 

-Pero... -miro mis rodillas y no hay ni rastro de heridas o sangre. -Y las...

-Eran manchas, aquí hay muchas flores que pintan. -entonces tendré la ropa manchada. 

Camino hacia él hasta estar a su lado y seguir el paso. -Gracias. 

-Ten cuidado la próxima vez, porque puede que no sea yo el que te encuentre, lo más probable es que sea una cosa peor. 

-Peor? Lo único horrible hasta ahora ha sido el frío y la niebla. -bromeo sabiendo que eso no es lo peor ni por asomo. 

-No has escuchado ya las advertencias? Dicen que el bosque está encantado y que hay monstruos dentro. 

-Monstruos? Cómo cuales? 

-Brujas, hombres lobo, vampiros, dragones... -hace un gesto con la mano como diciendo que la lista continúa. 

-Eso no existe, son solo leyendas, como lo de que Transilvania está infestada de vampiros. -le saco una sonrisa. 

-Si tú supieses lo que hay en Transilvania querrías arrancarte los oídos. 

-No gracias, creo que sin oídos no puedo escuchar música. 

Llegamos más pronto de lo que esperaba a la entrada del sendero, hay algunos estudiantes en el patio caminando o sentados y hablando. 

Me llama la atención ver a Sylver caminando hacia mí con su cola levantada. Me agacho para cogerlo en brazos y acariciar su cabeza. -Gracias otra vez por... -al girarme no veo a nadie, solo la entrada del bosque. 

Sylver le bufa a la nada, justo donde estaba el chico desconocido. -No hay nada Sylver, vamos dentro, empieza a refrescar. 

Entramos al castillo y subimos hasta la habitación para poder cambiarme y echar la ropa a la cesta de la colada. 

Me pongo algo que me cubra más del frío, unos vaqueros y un polo azul de manga larga con cuello de camisa. 

Dejo a Sylver sobre mi cama y salgo hacia el comedor mientras respondo los mensajes de Nic. 

Entro esquivando a la gente hasta llegar a la mesa de Nic e Isaac. Ellos al verme me sonríen. -Chicos, ella es Jade, mi prima y la hermana de Nic. -Isaac me presenta a un grupo de cinco personas, demasiadas para mi gusto. Me los presenta uno por uno pero soy incapaz de memorizar tantos nombres. 

Me siento al lado de Isaac mientras le robo una manzana a Nic de su plato, tampoco tengo mucha hambre. Mientras hablan entre ellos me limito a observar y escuchar, y no me pasan desapercibidas las miradas que se lanzan mi primo y mi hermano entre ellos. Parecen preocupados por algo y no entiendo el qué. 

La conversación no está yendo a ningún punto de interés para mí, así que me permito observar el ambiente y a las personas que hay. 

Las puertas del comedor se abren de par en par y todos nos quedamos en silencio, absolutamente todos, lo único que se escucha es a alguien caminar tranquilamente, me quedo paralizada al ver que es el chico del bosque, el que me acaba de ayudar y desapareció sin decir nada. 

Me fijo en que todos le miran y cuchichean por lo bajo sin parar, pero él se mantiene regio e impenetrable. 

-Quién es ese? -susurro sin quitarle el ojo de encima. 

-Nadie importante. -Isaac le quita importancia, pero está nervioso, lo noto porque él y Nic no dejan de mirarse entre ellos y de vez en cuando me miran a mí. 

-Seguro? Porque no lo parece. 

-Será mejor que nos vayamos, aún hay cosas que no has... -mientras todos los de la mesa se levantan alguien rompe al fin el silencio de la sala.

-Eh! Hollister! -Isaac levanta la cabeza y cambia su expresión por completo a una seria y tranquila. 

-Qué quieres?

-A dónde vais con tanta prisa? Sentaros, os noto tensos. -se pasea alrededor de nuestra mesa hasta apoyarse sobre ella justo a mi lado. -Hay una nueva alumna y no me había enterado? Venga, presentádmela! Me muero por conocerla! -sonríe mirándome fijamente, ese brillo está presente, pero ahora es una llama muy potente. 

-Lárgate Rusu. -repito ese nombre en mi cabeza varias veces haciendo que algo vibre dentro de mí. 

-Dime, cómo te llamas pequeña? -esconde un mechón de pelo tras mi oreja mirándome más de cerca, sus ojos examinan los míos. 

-No le digas nada. -ordena Nic, mis ojos van a los de mi hermano que está muy tenso. La vena de su cuello parece a punto de explotar de la fuerza que está empleando en aguantarse el impulso de pegarle un bofetón a este tal Rusu. 

-Yo... -algo en mi me dice que tengo que hablarle a este chico y contarle todo lo que me pide a pesar de que no quiera. 

-Basta! 

JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora