14. La segunda opción es la racional

15 1 0
                                    

Jade

-Un, dos, tres... Un, dos, tres y... Final! Muy bien chicas! -la señorita Damplyn aplaude con una sonrisa en la cara. -Muy bien, lo habéis hecho genial, ahora podéis descansar lo que queda de clase. 

Resulta que para ser mi primera clase de baile no ha estado tan mal.

Pero debo admitir que estoy más cansada de lo normal, puede que haya sido porque no he dormido muy bien últimamente. 

-Oye Jade, quieres sentarte con nosotras en el comedor hoy? Me he enterado de que hoy ponen pizza. -sonríe una chica pelirroja que lleva el pelo recogido en un moño algo deshecho, sus ojos marrones me miran como dos lunas llenas. 

-Claro, nos vemos luego. -le agradezco con una sonrisa antes de coger mis cosas y salir de clase para darme una ducha, huelo a sudor, y me doy asquito. 

Al llegar a la habitación dejo la bolsa sobre mi cama, acaricio a Sylver, que está tirado sobre las sábanas jugando con uno de mis calcetines, y entro al baño. 

No sé cuánto tiempo me tiro bajo al agua bailando y cantando, pero solo sé que salgo mucho más relajada y descansada. 

Me envuelvo en una toalla para salir a por ropa, pero al hacerlo me encuentro a Rusu tirado sobre mi cama jugando con Sylver, que para mi sorpresa, se deja manejar tranquilamente como una masita. 

-Hola. -saluda él si apartar la mirada de mi gato. 

-Hola? Qué haces aquí? 

-Esperarte. -responde levantando a Sylver sobre su cara. -Puedes coger tu ropa, no voy a ver. -se la vuelta para darme la espalda y poder buscar mi ropa tranquila. 

-Gracias... Supongo. -cojo la ropa, me visto y me peino un poco por encima. Rusu está apoyado en la pared al lado de la puerta, de brazos cruzados y con los ojos cerrados. 

Al sentir mi mirada sobre él, abre sus ojos negros como el carbón, pero que por alguna extraña razón brillan como cuando este aún está ardiendo en su interior. 

-Qué vas ha hacer hoy? 

-Ir comer con las de mi clase y hacer los proyectos de la semana que viene. -respondo calzándome. 

No responde, solo asiente. 

Salimos de la habitación y caminamos juntos hacia el comedor. -Sabes que si mi hermano te ve cerca de mí se enfadará, verdad? 

-No será un problema para mí. -se encoge de hombros y me adelanta para coger algo de comida y sentarse en la otra punta de la cafetería. 

...

Me remuevo en la cama angustiada, no he podido dormir por culpa de las pesadillas que últimamente me atormentan más a menudo que nunca. 

Y todas son relacionadas con mi muerte y con cosas que he visto y que no tienen explicación. 

La puerta de la habitación se cierra, Stormy ya no está. 

La curiosidad me pica, quiero saber a dónde va todas las noches. 

Me pongo en pie, me calzo con lo primero que pillo y salgo al pasillo en silencio. 

La veo doblar una esquina y perderse en la oscuridad, no dudo en seguirla, así que me pongo en marcha y voy unos metros detrás de ella. 

Me detengo cuando baja las escaleras que llevan a la entrada principal, hay más gente abajo hablando. Asomo mi cara por la barandilla viendo a gente de mi clase y de cursos superiores. 

Stormy enseguida se integra y comienza a hablar, intento agudizar el oído pero no escucho nada, hay demasiada gente. 

Veo como las puertas de madera se abren dando paso al oscuro jardín. 

"Se ha abierto sola la puerta o soy yo que estoy muy loca? "

Empiezan a salir, pero por alguna razón Stormy mira hacia atrás, a mi escondite, pero logro ocultarme de nuevo justo a tiempo. 

Para cuando me vuelvo a asomar ya no hay nadie, las puertas ya se han cerrado y el barullo se ha ido con la gente. 

Bajo las escaleras en silencio para asomarme por una de las ventanas de la entrada, no hay nadie fuera. 

Estrecho los ojos para ver mejor y pego mi frente al cristal frío. 

Algo se me acerca por detrás, me agarra la cintura y me tapa la boca para que no grite. -No te han dicho que las niñas buenas están durmiendo a estas horas? 

Miro hacia arriba encontrándome con la risa burlona de Rusu. Me suelta para que pueda recuperar el aliento y mirarle a la cara. -Se puede saber por qué has hecho eso? -susurro lo más alto que puedo. 

-Y por qué no? -me fijo en su mirada, más viva que esta mañana, y eso es mucho decir. -No podías dormir? 

-Pesadillas... -respondo cruzándome de brazos, aparto la mirada avergonzada, Dios, me siento como una cría pequeña. 

Al volver a levantar mi cabeza veo que ha extendido su brazo hacia mí, esperando a que le de la mano. -Ven conmigo. 

-Qué vas ha hacer? 

-Si te lo digo no vas a venir. -sonríe mostrando su dentadura blanca, que reluce bajo la luz de la lámpara de araña iluminada por verlas de cera blanca. 

-Miedo me das. -le doy la mano y dejo que me lleve con él a dónde quiera. 

No puedo evitar fijarme en su espalda ancha, cubierta únicamente por una camiseta de manga corta negra que deja a la vista sus fuertes brazos. 

Lleva el pelo alborotado, como si se hubiese despertado hace menos de diez minutos. 

Un escalofrío me recorre la espalda, estoy congelada, resulta que las paredes de piedra no son un buen calefactor cuando llevas unos pantalones cortos y una camiseta de tiras. 

JadeМесто, где живут истории. Откройте их для себя