Madre,
Han pasado dos años desde que su ente físico abandonó este lugar y sólo quedó el espacio donde solía dormir, comer y reír cuando se paraba en medio de la cocina a bailar y aplaudir. Aún le siento, aún le extraño.
Sucedieron mil y un cosas que me han hecho desear abandonar mi viaje hacia convertirme en una mujer tenaz y fuerte, pero la sola imagen de su expresión orgullosa al verme de esa forma hace que no me rinda. También, últimamente están sucediendo cosas que me llevan hacia ese anhelo devastador de querer partir, de volar, de desaparecer hacia un lugar lejano donde sólo me encuentre yo y mi soledad.
Por eso quiero volar. Quiero ir a un sitio donde sólo oiga el trinar de los pájaros al despertar, donde, al ver por mi ventana, me tropiece con árboles y un campo lleno de flores coloridas. Deseo tener que cuidar únicamente de mi bienestar, aunque eso suene un poco egoísta, aun así pienso que he hecho demasiado compartiendo mi vida con todas las personas que estuvieron a mi lado; sin embargo, estas ganas de salir corriendo me consumen día a día hasta presentarse en mis sueños.
Estos sueños son escenarios de tonalidades oscuras y llenas de angustia, la misma que me agobia al ver hacia mi futuro y no hallarle en él, esa que me atormenta por la sola idea de seguir envejeciendo sin siquiera haberle podido ver con cabellos color nubes del cielo celeste. Aun así, quiero volar.
PD: Gracias por dejar que agregara mis pocas palabras, haces mucho en dejar que tus rayitos de sol se desenvuelvan gracias a ti.
Anónimo
💛🌤🌼
N/A: Estoy segura de que estás repleta de palabras; es solo que no van con el abecedario. Gracias por estar aquí.
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Epistolario 𝒔𝒐𝒍𝒊𝒔 ©
Non-FictionLo dicho y lo no dicho hace su propia luz. A veces ilumina, y otras encandila. Quizá no podemos elegir lo que sucede en el momento que se hace esa luz, pero sí podemos decidir cómo brillar con ella después. somos, de esta manera, nuestro propio 𝒔𝒐...