Quid pro quo

1 5 0
                                    

Hola gente, sé que he estado modo avión éstos días pero les debo dos capítulos por el retraso. Es que estuve enferma y no pude subir ningún capítulo pero aquí les dejo el dos y tres. Depende si me da un poquito de tiempo más el internet y suba el cuatro. Escribe en los comentarios si te gusta la historia y si crees que es mejor cambiar algún que otro detalle. Da tu recomendación y una ⭐ a Ian, que sé que te ha gustado su forma de ser, alma sucia. Recuerda que eres genial y que nadie puede apagar tu sonrisa. Nunca lo permitas, ¿sí? Capítulo dedicado a la única chica que me ha acompañado en mi historia y me ha incentivado a continuar, ella es componettrapdoor, no me sé su nombre pero el apoyo se le agradece.

PD. Escucha No Shame de 5 Seconds Of Summer, te aseguro que te encantará la banda. Si alguien tiene una sugerencia para hacer un tráiler, pues adelante. Yo no sé mucho de eso pero se aceptan sugerencias. Ah, casi lo olvido por hablar tanto, ¡Capítulo narrado por nuestro idiota Ian Winbrook! Disfruten, gente.

Ian Winbrook:

Estaba sentado en mi casa mirando por la terraza mientras me fumo un cigarrillo acompañado de un vaso de leche ligado con vodka. No siempre bebo porque sí en las mañanas pero es que el silencio de la habitación continua a la mía es aburrido y yo detesto lo aburrido. Maldita la hora en que me mudé a éste aburrido piso. El silencio cesa cuando yo decido encender el reproductor de música. Wild & Reckless de Young Bizzle suena a todo volumen y unos brazos morenos me abrazan por la cintura y recorren mi abdomen hasta colarse dentro de mis pantalones.

Doy otro sorbo a mi vaso de vodka y sonrío de costado. No recuerdo su nombre pero no me importa. En fin, me da una mierda recordar el nombre de cada chica por la que pasa por mi cama. Nunca me ha importado y menos lo hará ahora. La tomo por la cintura y la trepo en el balcón.

Mi teléfono suena una y otra vez seguido de mensajes al buzón de voz. La morena me tiene bien ocupado. Los besos se pasan de tono y me descontrolo. Mi amigo aquí presente está más que simplemente duro. Mi camiseta del equipo de fútbol le queda bien pero es una lástima que Astrid no es quién la usa. La subo a horcajadas sobre mi cintura y ella enreda sus dedos en mi pelo.

El sexo siempre está bien. La tomo del pelo y la obligo a lamerlo. Se siente bien que lo haga.

-Dime que no te gusta hacerlo, zorra. -Digo susurrando en su oído. Ella gime en respuesta a mis embestidas. Me gusta el placer que les causo. Entro en ella una y otra vez con fuerza y sin importarme si le daño la dignidad.

Me levanto exhausto de la cama cuando escucho el timbre. ¿Quién rayos osa despertarme después de un sexo increíble? Mato al que vino a molestarme. Me pongo los pantalones y abro sin mirar por la mirilla. Mejor error no puedo cometer. Astrid tocando mi puerta, raro pero cierto.

-¿Qué le trae por mi humilde morada, Srita Evans? -Pregunto juguetón, disfrutando de verla dislocada y completamente roja por la vergüenza.

-Vine porque necesito tu ayuda para resolver la tarea de Mates...

-¿Matty? -Grita la morena desde la cama. Astrid ríe por lo bajo y me mira. Una mirada de odio. Lo sabía, Astrid es del tipo de chicas feministas.

-Veo que estás ocupado. -Murmura por lo bajo y se da la vuelta para irse a su casa. No puedo dejarlo estar así de simple, tengo que intentarlo de nuevo.

-Si te ayudo, ¿me pagarás? -Pregunto como quién no quiere la cosa. Ella rueda los ojos.

-No te cansas nunca, ¿verdad? -Dice y yo le bloqueo la escapatoria. Oh no, Astrid, no te escaparás de mí tan fácil.

Lovesick GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora